La Caldera del Diablo

¿El clásico de noche?

La Caldera del Diablo 0 AFA, Olimpo, racing, Vélez 12:07 a.m.

<i>La AFA confirmó los días y horarios para todo el mes de agosto, con la sorpresa de programar el encuentro ante racing en horario nocturno... Quejas de la Comisión Directiva de Independiente. </i><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6jaIxJj5bG8Q5Yp_iFYymaNTUEWeLescv27UguV0tPeZ5hSL0_pdweNBevSP4WkWiVK7CbS8pI6X4-bfbXwwsBpvMDXsorSEOAkMDT-zHO87nCv0z3dhF4vwPTgf2JxZDI8UOigXpGow/s1600/Centro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6jaIxJj5bG8Q5Yp_iFYymaNTUEWeLescv27UguV0tPeZ5hSL0_pdweNBevSP4WkWiVK7CbS8pI6X4-bfbXwwsBpvMDXsorSEOAkMDT-zHO87nCv0z3dhF4vwPTgf2JxZDI8UOigXpGow/s1600/Centro.jpg" /></a></div>
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Por la tercera fecha el Rojo recibirá a Vélez el sábado 23 a las 20:30 horas, mientras que luego visitará a Olimpo en Bahía Blanca el martes 26 a las 19:15 horas.<br />
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Por último, la sorpresa recayó en el horario definido para el clásico de Avellaneda, que en principio se jugaría el sábado 30 también a las 20:30. La Comisión Directiva de Independiente ya solicitó el cambio de horario.</div>

¿El clásico de noche?

La AFA confirmó los días y horarios para todo el mes de agosto, con la sorpresa de programar el encuentro ante racing en horario nocturno......

Dirige Loustau

La Caldera del Diablo 0 AFA, Estudiantes, Patricio Loustau 12:05 a.m.

Dirige Loustau

La AFA determinó que Patricio Loustau sea el juez de Estudiantes e Independiente, el sábado a las 20:30 horas en el Estadio Único, por la se...

Los cruces de la Copa Argentina

La Caldera del Diablo 0 Copa Argentina, Copa Libertadores, Estudiantes, Fixture, octavos de final 12:01 a.m.

Los cruces de la Copa Argentina

Quedaron definidos todos los partidos de Octavos de final de la Copa Argentina, en los que Independiente enfrentará a Estudiantes. Recordemo...

La primera Libertadores de América

La Caldera del Diablo 0 campeón, Copa Libertadores, El Gráfico, Jorge Maldonado, Manuel Giúdice, Mario Rodríguez, Nacional de Montevideo, Osvaldo Mura, Prospitti 3:59 p.m.

<section class="aire noticias" id="nota" style="margin: 10px 0px 20px 14px;"><article style="border-bottom-color: rgb(221, 221, 221); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; margin: 10px 0px; padding-bottom: 10px;"><i>El 12 de agosto de 1964 Independiente le ganaba 1-0 a Nacional de Uruguay, con gol de Mario Rodríguez, en la histórica Doble Visera y se quedaba con su primera Copa Libertadores. Nacía un amor incondicional entre el Rojo y el trofeo más importante del continente. Hoy, son siete las Libertadores que relucen en nuestras vitrinas, las del Rey de Copas.</i><div class="multimedia imagen" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(236, 236, 236); color: #565656; font-family: Tahoma, Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 11px; height: 370px; line-height: 15.680000305175781px; margin-left: 5px; padding: 5px; position: relative; width: 650px;">
<div class="foto" style="height: 370px; overflow: hidden; position: relative; width: 650px;">
<img alt="" src="https://clubaindependiente.com/img/noticias/2014/p/pict0003.jpg" style="border: 0px; float: left; left: -10px; margin: 0px; position: absolute; top: -10px; vertical-align: middle;" /></div>
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<br />Luego de obtener el campeonato de 1963 en el recordado partido ante San Lorenzo en el que Independiente se impuso por 9 a 1, el Rojo conseguía su pase a la quinta edición de la Copa Libertadores, trofeo que todavía era esquivo para los equipos argentinos: la habían ganado Peñarol y Santos en dos oportunidades cada uno.<br /><br />El 31 de mayo de 1964 Independiente hizo su presentación en la Doble Visera con una goleada ante Alianza Lima de Perú por 4-0, conjunto con el que cuatro días después igualaría en dos en el estadio de Racing. Otra goleada, en este caso 5-1 contra Millonarios y la posterior no presentación del equipo colombiano (conflicto con la CSF), ponían al Rojo en las semis.<br /><br />El imparable Santos fue el rival para el Independiente de Don Manuel Giúdice en la semifinal. Con un histórico 3-2 en el Maracaná y un 2-1 en Avellaneda, el Rojo pasaba a la final del certamen continental. <br /><br />Nacional lo esperaba en Montevideo para la primera batalla. <br /><br />Un punto de oro fue el empate cuasi milagroso y asentado en las manos de Miguel Angel Santoro que inesperadamente reemplazó en tamaña lid al titular Toriani, justificando la decisión de Giúdice de tal modo que nunca jamás dejó la titularidad.<br /><br />La noche del 12 de agosto el Estadio de la Doble Visera de cemento presentó un lleno total.<br /><br />Prospitti reemplazaba desde el arranque a Mura y fue figura. Pero la muchedumbre sudó frío cuando al minuto un cabezazo de Oyharbide solo frente al arco salió afuera. Pero nuevamente Mario Rodríguez fue el verdugo implacable y el que con esa definición impecable por sobre Sosa nos daba nuestra primera Copa Libertadores de América.<br /><br />•LA FINAL•<br /><br /><b>Independiente </b>1: Miguel Angel Santoro; Roberto Ferreiro, Juan Carlos Guzmán, Jorge Maldonado, Tomás Rolan; Pedro Prospitti, David Acevedo, Mario Rodríguez; Raúl Bernao, Luis Suárez y Raúl Savoy. DT: Manuel Giúdice.<br /><br /><b>Nacional </b>0: Roberto Sosa; Mario Méndez, Luis Ramos, Emilio Alvarez, Edgar Baeza; Vladas Douksas, Eliseo Alvarez, Domingo Pérez; Jorge Oyharbide, Henrique de Sousa Mattos "Jaburú" y José Urruzmendi. DT: Algredo Moreira Júnior.<br /><br /><b>Gol</b>: PT 35' Mario Rodríguez.<br /><b>Arbitro</b>: José Dimas Larrosa (Paraguay)<br /><b>Cancha</b>: Independiente<br />Jugado el miércoles 12 de agosto de 1964</article><article style="border-bottom-color: rgb(221, 221, 221); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; margin: 10px 0px; padding-bottom: 10px;"><br /><div style="background-color: #f8f8f8; color: #565656; font-family: Tahoma, Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 1.2em; line-height: 1.8em; margin: 10px;">
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<div class="multimedia imagen nota interna" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; border: 1px solid rgb(236, 236, 236); color: #565656; display: inline-block; font-family: Tahoma, Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 11px; height: auto; line-height: 15.680000305175781px; margin-left: 5px; padding: 5px 5px 1px; position: relative; width: auto;">
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<img src="https://clubaindependiente.com/img/noticias/2014/elgrafico-cai1964.jpg" style="border: 0px; float: left; left: -5px; margin: 0px; position: static; top: 0px; vertical-align: middle;" /></div>
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<img src="https://clubaindependiente.com/img/noticias/2014/maldonado-cai64.jpg" style="border: 0px; float: left; left: -5px; margin: 0px; position: static; top: 0px; vertical-align: middle;" /></div>
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</article>Fuente: Clubaindependiente.com</section>

La primera Libertadores de América

El 12 de agosto de 1964 Independiente le ganaba 1-0 a Nacional de Uruguay, con gol de Mario Rodríguez, en la histórica Doble Visera y se que...

Mística cincuento

La Caldera del Diablo 0 aniversario, Beto Tisinovich, Copa Libertadores, David Acevedo, Diario Olé, Favio Verona, historia, Juan Carlos Guzmán, Mario Rodríguez, Osvaldo Mura, Roberto Ferreiro, Rodríguez Duval, Santoro 3:55 p.m.

<i>A 50 años de haber conquistado la Libertadores por primera vez para el fútbol argentino, Ferreiro, Guzmán, Acevedo y Santoro celebraron el aniversario en Olé.</i><br />
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<a href="http://www.ole.com.ar/independiente/Ferreiro-Guzman-Acevedo-Santoro-Salud_OLEIMA20140812_0065_5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://www.ole.com.ar/independiente/Ferreiro-Guzman-Acevedo-Santoro-Salud_OLEIMA20140812_0065_5.jpg" /></a></div>
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Dicen que la grandeza de los hombres se mide en las horas difíciles, en los momentos más duros. Quizás fue en aquella noche de Rio de Janeiro, en las entrañas de un Maracaná colmado por 100.000 brasileños, cuando pudo apreciarse con nitidez la real dimensión de un equipo que supo trascender las barreras del tiempo y eternizarse en el corazón de los hinchas. Porque esa noche Independiente sentó las bases de su mística copera. Porque en apenas 15 minutos los de Avellaneda perdían 2-0 con el Santos bicampeón de América, el mismo que el año anterior le había arrebatado la Libertadores a Boca en la Bombonera. La derrota era inapelable y asomaba la catástrofe. Pero en el Rojo despertó uno de los principales atributos que puede tener un deportista: la vergüenza. De ese potencial desastre emergió la otra faceta del equipo. En Independiente abundaba el talento, pero nadie le escapaba a la lucha. Había virtuosismo, pero también todas aquellas propiedades que suele reclamar la tribuna: tenacidad, temperamento, temple, garra. Y lo que parecía ser una quimera se materializó. El partido terminó 3-2 y la prueba sirvió para ratificar otros valores que cimentaron la mística copera. Los valores menos glamorosos, los que suelen quedar relegados en el segundo plano. “Nos estábamos comiendo un baile bárbaro y fue allí cuando el equipo mostró su personalidad. Ese día nos convencimos de que la copa era nuestra. Pelé no jugó, pero estuvo en la cancha y nos vino a felicitar. Una vez que superamos esa prueba, jugamos tranquilos la vuelta y las dos finales con Nacional”, recordó Juan Carlos Guzmán, el primero en llegar a la redacción de Olé . Es que hoy se cumplen 50 años de la obtención de la Libertadores de 1964, la primera de Independiente y del fútbol argentino. Sólo seis integrantes de ese equipo siguen con vida, y cuatro de ellos pasaron ayer por el diario para desempolvar sus recuerdos: Guzmán, Roberto Ferreiro, Miguel Santoro y David Acevedo. Osvaldo Mura fue invitado, aunque no pudo concurrir, mientras que Mario Rodríguez, el autor del gol de la final, se encuentra internado por una afección cardíaca.<br />
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La entrevista ni siquiera comienza cuando las anécdotas empiezan a fluir espontáneamente. “Nos hicimos amigos de Pelé después de haber jugado un amistoso en Avellaneda ( NdeR: el Rojo ganó 5-1 el 1/2/64). El Negro se llevaba muy bien con Navarro, de hecho vino al país a visitarlo cuando se fracturó. El siempre decía que fue el defensor que mejor lo marcó. Cada vez que el Santos venía a Buenos Aires los invitábamos a un asado abajo de la tribuna de la Visera. Y como a Pelé le gustaban las morcillas, me decía: ‘Comprame varios chorizos negros para llevarme a Brasil”, cuenta Pipo Ferreiro. Y estallan las risas. La primera certeza emerge: todos tienen la memoria intacta. “Ese fue uno de los equipos más equilibrados que vi. Metíamos un gol y a cobrar. Era muy difícil que se nos escapara un partido si arrancábamos ganando. Teníamos una defensa durísima, pero no había mala intención”, relata Santoro. “Ese equipo empezó a formarse en el 63. El técnico, Giúdice, fue fundamental. Sabía leer los partidos. Todo lo que te marcaba, ocurría. Y si te decía que ataques por el sector derecho, el gol llegaba por ahí”, explicó Ferreiro. “Para mí fue clave el preparador físico, el Gallego González García. Gracias a él, nosotros volábamos en la cancha. Era un gran tipo, aunque muy exigente. Si llegábamos tarde a entrenar, nos cobraba multa y después usaba esa plata para comprarles regalos a nuestras esposas cuando cumplían años. Maldonado solía retrasarse y, como el Gallego cerraba las puertas del predio, tenía que treparse a los alambrados para poder entrar a entrenar”, comentó Acevedo. Y Ferreiro agregó: “Además te hacía morir de hambre. A los que tenían tendencia a engordar los juntaba en una mesa para controlarlos. Y tampoco nos permitía tomar alcohol. Apenas nos daba una botella de vino de 3/4 para dividir entre cuatro. Y medíamos bien los vasos, no vaya a ser que alguno se tomara una gota más que otro. Después, cuando ganamos la Copa, organizó una fiesta en el ACA y nos regaló unos anillos de oro que aún conservamos con la frase ‘la suerte está echada’”.<br />
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Las concentraciones eran eternas. Los jugadores podían llegar a estar 15 o 20 días fuera de sus casas. “Pasábamos más tiempo juntos que con nuestras familias. Es más: nuestras esposas venían a visitarnos porque no salíamos nunca. Pero estábamos tan compenetrados en lograr la meta que si nos decían que teníamos que concentrar tres meses seguidos, lo hacíamos”, remarcó Guzmán. “Se hacía largo y había que tratar de combatir el aburrimiento. En un momento concentrábamos en una quinta en medio de la nada en Ezeiza. A la noche, Santoro y Bernao salían a pescar ranas para comer en una laguna cercana. Siempre le pedían al Negro Rolan que los acompañe con un farol. En la cancha era un roble, pero en la oscuridad tenía un miedo bárbaro”, recordó Santoro. “Qué grande Bernao. Cuando se le prendía la luz, o sea casi siempre, era imparable. En la cancha encendían y apagaban los focos de la visera cada vez que agarraba la pelota”, subrayó Ferreiro. Y añadió: “Durante esa Copa también nos concentramos en un hotel alojamiento en San Vicente. Alquilamos todas las habitaciones, pero a la noche llegaban autos. Cuando se bajaban y veían que el lugar estaba tomado por una banda de 25 tipos, salían corriendo. No había lujos, íbamos a la cancha en un micro escolar”.<br />
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“A los más grandes, como Maldonado y Navarro, los tratábamos de usted. Y si nos mandaban a calentar el agua para el mate, agachábamos la cabeza e íbamos. Ellos nos enseñaron a tener respeto. Nadie se la creía. Y eso fue fundamental. Hoy, los pibes ganan en un año lo que nosotros ganábamos en 15. Así estamos”, aseguró Guzmán. “Era tal nuestra admiración hacia las glorias del club que yo le compré la casa a mi ídolo: Grillo”, ejemplificó Ferreiro. Acevedo dio vuelta la página de las anécdotas para referirse a la final: “Fue un evento nacional. Hasta Illia estuvo a punto de venir. En ese momento no nos dimos cuenta de lo que logramos. Festejamos en nuestras casas con la familia”. Y rememoró: “Esa Copa nos llevó a jugar la Intercontinental ante el Inter. Hace unos años estuve en el hotel en el que concentramos en Milan y resulta que la mujer que nos atendió ahora es la gerente y aún se acordaba de mí”. El Rojo estuvo cerca de ser campeón del mundo. Forzó el tercer partido en Madrid y cayó 1-0 en el alargue. “Nos robaron. Tras el partido, el capitán del Inter, Pichi, me dijo: ‘los campeones son ustedes’”.<br />
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Beto Tisinovich, Carlos Rodriguez Duval y Favio Verona<br />
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<b><span style="color: red; font-size: large;">El carácter, el juego y el gol</span></b><br />Dos o tres pasos adelante de Maldonado con brazos en alto de los once, en el saludo. Estremecedora la respuesta tribunera. Parecían gladiadores. Eran jugadores de fútbol-juego, fútbol-carácter, fútbol-equipo.<br /><br />El Rojo 1964 tenía amistad de sus integrantes -que se prolonga, como se evidenció en la visita a Olé - y también con la pelota. Como dijo Acevedo: “¡Qué jugador, Maldonado!”. Como retrató Ferreiro: “Nunca he visto definir tan bien como Mario Rodríguez, cuando enfrentaba al arquero”. Tenía la confiabilidad de Santoro; un fondo firme y de salida por los laterales y Navarro (recio, tiempista)-Maldonado (más sutil...) o Guzmán de centrales. El medio con Mura (gambeteador) o Prospitti (encarador), Acevedo (marca y relevo) más Savoy que tocaba y profundizaba por la izquierda. Ahí, Bernao (un 7 genial y con gol), la polenta de Suárez, la astucia de Mario y un DT vivo para aconsejar sendas potables para circular. Fue un equipo tan granítico atrás como aluvional en su tendido ofensivo.</div>
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Carlos Rodríguez Duval</div>
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Diario Olé, martes 12 de agosto de 2014</div>