La Caldera del Diablo: Antonio Prieto

Editorial 59 - "Cualquier roto es Antonio Prieto"

<div align="left">Ser y parecer, decir algo y no revalidarlo, idas y vueltas. Lo que pudo ser y no fue, el éxito o el fracaso. </div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3-BzDJEraKTYZjaHpyCsifVUro2bAA9x4wx_zHxIO6-RQCL3zS_DCpkzZ8gLLp_7GJikZP-HHIroqcjySnLLkTtNWXniE-YRmIQhL9mXXjs7nzRxSC10EMI6aKW0OcgA_iCoRnIGsg5g/s1600-h/Antonio+Prieto.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5254417842166071218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3-BzDJEraKTYZjaHpyCsifVUro2bAA9x4wx_zHxIO6-RQCL3zS_DCpkzZ8gLLp_7GJikZP-HHIroqcjySnLLkTtNWXniE-YRmIQhL9mXXjs7nzRxSC10EMI6aKW0OcgA_iCoRnIGsg5g/s400/Antonio+Prieto.jpg" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" /></a> La frase la dijo un amigo mío, poeta lunfa, de rioba y con códigos, cuando conoció la salida de Claudio Borghi. No es hincha de Independiente, pero recordaba bien a aquel chileno que cantaba -entre otras- "La Novia", "Cuando calienta el sol" y "El Reloj", con las que se hizo tremendamente popular en toda iberoamérica. Es que la voz de Antonio Prieto, además de enamorar a las jovencitas y hacer suspirar a sus madres que querían verse "blancas y radiantes", impulsaba a más de un muchacho a querer ser como él. La sentencia recordatoria del cantante no hace más que ironizar sobre la desilusión que significó el paso de Borghi por el fútbol argentino. Quizás tenga revancha -él mismo lo ha sugerido, aunque aclarando que será "menos benévolo"- y le vaya mejor en otro lado. Ojalá así sea, es un buen tipo, fue amable en su estadía, pero lamentablemente pregonó algo que en los 17 partidos que dirigió no se vio. <img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5254627733990148034" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiw6oKLMgKx5Z0oYnQ8-iEybFVxnKo08gJdz5ewCN1bwVycO9qt3HRBgRTtjxbEeeRg89_feOjVlscgedMVuYltYht5UGPZhbCI7RqmFC9cFV7wBx3lzzKUvf9GREqyFzvU7nJ154uQzwA/s400/auto+-+su+ruta.jpg" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" /> Su ruta. Borghi, temeroso de los aviones, debe haber encaminado su Mercedes hacia ChileQuizás también él deba hacer una autocrítica y admitir que su "inocencia" con el medio local sea parte de venir de un fútbol mucho menos competitivo en donde tres o cuatro equipos dirimen los torneos y el resto están a años luz, con estadios pequeños, sin una afición que presione y que sólo se paran en la cancha esperando no ser goleados por los grandes. "Muerto el perro se acabó la rabia" es la frase que dejó el ex entrenador para irse. Cargada de ironía, nuevamente, sabiendo también que el plantel -que él ayudó a armar luego de nueve incorporaciones a mitad de año- no rendía como esperaba, y que las falencias, las vimos todos, no se solucionan sólo con su partida. Difícil tarea la de Miguel Ángel Santoro, que siempre está ahí para ponerle el pecho a la balacera. Esta vez podrá planificar las incorporaciones y posibles salidas, ritmos de entrenamiento, pretemporada, etc. Además, tendrá espaldas más anchas para poder trabajar tranquilo. Es que, volviendo a los cantantes, Pepé no será Gardel, pero tampoco se pone el traje del Mudo. Conoce el paño, y deberá seguramente tomar algunas determinaciones drásticas para que alguno de los jugadores esté en sus últimos partidos en Independiente. Podrá promover juveniles, porque también conoce las inferiores. Y sobre todo, aunque no brille de entrada, sabrá poner un poco de orden, rescatará algunos buenos resultados, y una vez que todo esté más o menos estable, se podrá comenzar a exigirle más. Por ahora, nadie hace milagros. Emiliano Penelas