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Independiente había arrancado mejor pero se fue cayendo con el correr de los minutos y completó un segundo tiempo espantoso. Fue derrota 1 a 0 en el Clásico de Avellaneda jugando de local, con mucho por mejorar.


El primer tiempo se jugó con nervio. Independiente comenzó con intensidad y presionando arriba sobre la salida del rival, gestionando los mejores avances por la franja izquierda a través de Luna y Damián Pérez, más la pelea de Ávalos contra los centrales. Con el correr de los minutos el equipo se fue apagando, la visita se hizo de la pelota y de a poco fue inclinando las chances, y hasta exigiendo a Rey en un par de ocasiones. 

En el Rojo todo pasaba por Luna, que estaba inspirado y confiado con que esta podía ser su tarde. Canelo estaba demasiado impreciso, y Neves corría, presionaba y a veces conseguía algún quite. Sin amargo todo fue barranca abajo. 

En el segundo tiempo fue difícil encontrar algo positivo. Llegó el gol de racing en medio de una defensa desordenada, un mediocampo que no jugó ni marcó, quedando en evidencia la lentitud de Mancuello y la falta de ritmo de Canelo. Desapareció Luna y salió Neves para que ni siquiera quedara la cuota de esfuerzo que se había visto. Los cambios llegaron tarde y mal, y el paso de los minutos fueron repetirse con las mismas pocas ideas. 
Borrón y cuenta nueva, mucho por mejorar y seguir trabajando. 

Emiliano Penelas 

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