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Jugando muy mal, con errores individuales muy marcados, Independiente perdió en Mendoza 2 a 1 ante Godoy Cruz y se hunde en la tabla de posiciones. Costa anotó el descuento del Rojo.

Independiente no puede consigo mismo, no hay forma. No sale de un fondo fangoso que lo consume y lo arrastra. No crea situaciones de peligro, le llegan y convierten muy fácilmente, y cuando no hay mérito de los rivales hay impotencia e impericia propia para la marca. 

Lo que vimos en Mendoza fue un capítulo más de este derrotero que ya no nos sorprende. Apenas le tomó cinco minutos al Tomba ponerse en ventaja, aunque el gol fue responsabilidad absoluta de los jugadores que esta tarde vistieron (vaya a saber por qué) de blanco. Un centro, Laso no marca a nadie, Rey da un rebote insólito y Cauteruccio se la lleva por delante para marcar en contra...

En un reducto siempre difícil el Rojo comenzaba con el pie izquierdo. Sólo Chaco Martínez, lleno de limitaciones, parecía inquietar algo a la defensa local, pero eran sólo ilusiones. A la media hora un centro a la cabeza de un futbolista de Godoy Cruz que está solo en el segundo palo, ataja Rey y aparece  Conechny, también solo, para empujarla y anotar el segundo...

En la segunda mitad Zielinski intentó despabilar un poco las cosas con los cambios. A los 12' llegó un centro desde la derecha de Luciano Gómez, fue Ayrton Costa quien apareció por el segundo palo y marcó el descuento en el mejor pasaje que tuvo el Rojo, cuando la ilusión de un empate podía llegar, intentando hacer algo a los ponchazos.

Lo pudo empatar Barcia, o en un remate lejano en el último minuto que atrapó el Ruso Rodríguez, pero eso no tapa que Independiente tuvo una tarde para el olvido en Mendoza. Los cambios no ayudaron, y ya sabemos que no hay plantel ni jerarquía, pero tampoco sobra amor propio...

Emiliano Penelas

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