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En una tarde infernal, Independiente lo ganaba 2 a 0 con goles de Cauteruccio y dominaba el partido. Un gol de Instituto sobre el final de la primera parte lo desestabilizó y en el segundo tiempo ya no mostró nada salvo arrestos individuales. La Gloria lo empató y el Rojo se fue silbado. Mirá los videos.

Independiente juega mal, defiende peor, no confirma un equipo y cuando va ganando no puede sostenerlo. Todo eso pudo verse esta tarde de calor impresionante ante Instituto de Córdoba, un rival tan limitado como el Rojo, pero que aún así encontró la forma de llevarse un empate aún perdiendo por dos. 

El partido arrancó bien para los de Stillitano, que de arranque tuvieron una chance clara bajo el arco y al cuarto de hora, VAR mediante, fue Cauteruccio quien anotó el primer gol del encuentro. Barcia manejaba la pelota, Kevin López acompañaba, el delantero uruguayo parecía asociarse con Giménez, Vallejo estrellaba un remate al travesaño. 

Parecía que hoy era la tarde para volver al triunfo, y pasada la media hora nuevamente Caute ponía el 2-0 que daba tranquilidad. No obstante, el rival encontraba muchos huecos en una defensa que nunca termina de repetir nombres y esquemas. Ostachuk era una invitación a atacarlo y Báez mostraba muchísimas dudas. Con mandíbula de cristal, la Gloria descontó en la primera que tuvo y eso ya fue un baldazo de agua helada entre tanto calor. 

Casi pidiendo la hora, llegamos al segundo tiempo en donde nuevamente hubo cinco o diez minutos de dominio Rojo para luego retroceder en el campo y cederle la pelota a un rival que se animó, puso en apuros a Rey y llegó al empate. Bajaron los murmullos, y aumentaban las imprecisiones. 

La salida de López, lesionado, y sobre todo Barcia, el mejor del partido, hicieron que Independiente ya no pudiera retener la pelota. Los arrestos individuales de Hidalgo, un juvenil de 18 años recién cumplidos, era todo lo que podía generar una mínima inquietud en el arco visitante. Sobre la hora pudo haber llegado el tercero, pero la mala fortuna y la impericia al definir no quisieron. El 2 a 2 generó reprobación y silbidos para el equipo y el cuerpo técnico. 

Emiliano Penelas 

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