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Este sábado se cruzarán por los cuartos de final de la Copa de la Liga; hace casi cuatro décadas, pincharratas y rojos cimentaron un antagonismo que duró no más de un lustro pero quedó marcado a fuego.

Al momento en que se confirmó que Estudiantes e Independiente se enfrentarían en un duelo único para seguir en carrera por la Copa de la Liga Profesional 2021, quienes ya peinan canas abrieron el baúl de la memoria para desempolvar una rivalidad que las nuevas generaciones, hoy, desconocen o miran con curiosidad. Hace casi cuatro décadas, pincharratas y Rojos cimentaron un antagonismo que duró no más de un lustro, pero que quedó marcado a fuego como uno de los más interesantes de la historia del profesionalismo, sobre todo desde filosofías o escuelas distintas, algo que -cabe destacar- fue más agrandado por cierta parte del periodismo y actores externos que por los propios protagonistas. Este sábado se medirán en La Plata, desde las 17.30, por los cuartos de final, pero bien vale repasar la historia.

Cierto es que los cruces trascendentes entre ambas instituciones comenzaron varios años antes. Fue en la Copa Libertadores de 1968 donde se dio el primer choque de envergadura: primero con dos partidos en zona de grupos y luego dos más en la etapa siguiente. Los cuatro enfrentamientos terminaron con victoria del equipo dirigido por Osvaldo Zubeldía, que se encaminaba hacia la cima del mundo: aquel Estudiantes hizo historia al conquistar América tres veces seguidas (y en una de esas ocasiones también alzarse con la Intercontinental ante Manchester United).

Sin embargo, fue a principios de la década del 80 cuando se forjó la gran rivalidad entre ambos equipos. Estudiantes, con la conducción de Carlos Bilardo, se impuso en el Metropolitano de 1982 con dos puntos de ventaja sobre el Independiente que dirigía Nito Veiga. Y unos meses más tarde, Estudiantes volvió a asestarle un golpe al vencerlo en la final del Nacional 1983, ya con Eduardo Manera como DT, pues el Doctor Bilardo había renunciado para asumir en la selección nacional. Aquellas finales del Nacional, que la revista El Gráfico llevó a su portada en forma de duelo de armas de fuego entre los capitanes de ambos equipos (José Luis Brown por Estudiantes y Enzo Trossero por Independiente), alimentaron la antinomia de dos estilos de juego.

Por un lado, Estudiantes, con su doctrina más apegada a la disciplina táctica, los detalles y el esfuerzo colectivo; por el otro, Independiente, con una filosofía de juego menos dogmática y más apoyada en las individualidades, bajo una etiqueta que dieron en llamar “paladar negro”. En realidad, una antinomia que quedaba más en las declaraciones y en los periodistas que tomaban partido por uno u otro que en lo que se veía en la cancha.

La tapa de El Gráfico de 1983, con Enzo Trossero y José Luis Brown, capitanes de Independiente y Estudiantes, en la previa de la final del torneo Nacional

Independiente se tomaría desquite en lo sucesivo con la conquista del Metropolitano 1983 y la Copa Libertadores de 1984 en la que eliminó a Estudiantes en la etapa de grupos (un empate en La Plata y una goleada 4-1 en Avellaneda).

A partir de entonces, aquella tan mentada rivalidad filosófica fue cayendo en el olvido para las nuevas generaciones de simpatizantes. Es cierto que tampoco se reeditaron enfrentamientos de equipos de aquella jerarquía.

Sí hubo varios cruces en distintas competencias. En 1988, se midieron en los octavos de final de la Liguilla que clasificaba para la Copa Libertadores del año siguiente. Hubo un triunfo 2-1 para cada uno, pero avanzó de instancia Independiente por haber terminado mejor ubicado en la tabla del torneo.

Diez años más tarde, en 2008, volvieron a encontrarse mano a mano en la primera etapa de la Copa Sudamericana. También hubo un 2-1 para cada uno, pero en la definición por penales, Estudiantes, dirigido por Roberto Sensini, eliminó a Independiente, conducido por Claudio Borghi.

En 2014, Independiente volvía después de una temporada en la B Nacional y, dirigido por Jorge Almirón, se encontraba con el Estudiantes de Mauricio Pellegrino por los octavos de final de la Copa Argentina. Fue triunfo por 2 a 0 con goles de dos hombres que luego vistieron la camiseta roja: Ezequiel Cerutti y Diego Vera.

Ese fue el último duelo mano a mano fuera de los campeonatos regulares. Si bien Independiente lleva 16 partidos de ventaja en el historial profesional, Estudiantes ha recortado la diferencia considerablemente en los últimos tiempos. Los datos son elocuentes: hace 10 años que el conjunto de Avellaneda no consigue una victoria ante el pincharrata. La última vez fue en el Apertura 2011, en Avellaneda, 1-0 con gol del colombiano Marco Pérez. Ese año también fue la última vez que lo venció como visitante: por el torneo Clausura, fue 2-0 en la cancha de Quilmes, con tantos de Leonel Galeano y Lucas Villafáñez para el equipo dirigido por Antonio Mohamed. A partir de entonces, se midieron 9 veces, con cinco victorias del conjunto platense y cuatro empates.

En una entrevista de 1984, previa a un encuentro por Copa Libertadores, Marcelo Trobbiani, habilidoso volante de aquel Estudiantes ganador, declaraba a la revista El Gráfico la tensión con la que se vivían esos choques: “No hay grandes diferencias entre Bilardo y Menotti, como tampoco existen entre Independiente y Estudiantes. Por eso me da mucha bronca lo que dijeron Bochini y Trossero. Ellos hablan de un fútbol lírico y resulta que fueron a La Plata a sacar un resultado: en lugar de jugar, hacían tiempo. Nosotros, en Estudiantes, teníamos una forma de ser, no contestar los ataques verbales. Ahora decidimos cambiar, no callarnos nada. Esto puede provocar un clima especial para la revancha en Avellaneda, pero no me importa”.
Enzo Trossero fue capitán y símbolo como defensor en Independiente y luego tuvo su etapa como DT

Muchos años más tarde, Enzo Trossero, capitán y símbolo de aquel Independiente (y que, curiosamente, terminó su carrera como futbolista jugando en Estudiantes), relativizaba aquella rivalidad y cargaba las tintas en cierto periodismo. Ante la pregunta de si había ‘pica’ entre los jugadores de Estudiantes e Independiente cuando arrancó el ciclo de Bilardo en la selección (y muchos de ellos fueron convocados), le contestó a El Gráfico: “Había un respeto muy grande. Y unos años después terminé yendo a jugar a Estudiantes y me recibieron espectacular, a pesar de todo lo que se decía. Con el periodismo muchas veces me enojé y defendí mis convicciones. Con Sport 80 (programa radial icónico de aquella época) tuvimos dificultades porque nos criticaban demasiado y le daban una gran manija a Estudiantes y estuvimos mucho tiempo sin darles reportajes hasta que nos reunimos y hubo un arreglo”.

Estudiantes e Independiente vuelven a luchar mano a mano, aunque los tiempos han cambiado y aquella rivalidad de escuelas, aquellas filosofías antagónicas solo permanecen en la memoria de los hinchas mayores, testigos de aquellos tiempos de gloria.

Diego Mazzei
Diario La Nación, sábado 15 de mayo de 2021

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