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Independiente se sintió en casa en Bolivia y no tuvo problemas para imponerse con facilidad a un muy débil Guabirá por 3 a 1. Gran partido de Jonathan Herrera, autor de los tres goles, y Alan Velasco.

En una cancha que lleva el apodo de la nuestra, y da nombre a esta página, Independiente se sintió como en casa y derrotó al Guabirá en el debut de la nueva fase de grupos que propone la Copa Sudamericana 2021 por 3 a 1, en un resultado que debió ser mucho más holgado para los de Avellaneda.

El Rojo, esta vez vestido de blanco, se aprovechó de la inocencia y todas las ventajas que dio el local, todo Rojo en su indumentaria. La primera que tocó Jonathan Herrera fue un sablazo que se le metió al arquero sin que llegara a sacar las manos. Ganaba Independiente, controlaba la pelota y parecía que iba a aumentar en cualquier momento, como en otra que definió mal Herrera. 

Pero ese momento llegó con una tremenda jugada de Alan Velasco sobre un lateral, de esas que se hacen en un partido de fútbol entre amigos con un habilidoso de esos que dan bronca porque los pasa como postes. Su remate se fue al palo, pero el "Sultán" Herrera, de pescador, la manda a guardar para el 2 a 0. 

Con el local ya resignado, el segundo tiempo le sobró al Rey de Copas para dominar e incluso para hilvanar una gran jugada que volvió a meter Herrera, y los merecimientos para que Alan tuviera el suyo. La pena fue el gol de Guabirá, cuando el partido se moría, en prácticamente la única pelota que fue al arco.

Más allá de las debilidades del local, Independiente puede sacar buenas conclusiones: terminó el partido con diez jugadores de campo surgidos de Inferiores, recuperó a Velasco, que demostró que tiene que ser titular siempre, y encontró en Herrera un goleador que merece su chance desde el arranque.

Emiliano Penelas

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