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Con errores infantiles, Independiente entregó el partido de Copa Sudamericana en apenas dos minutos, y recibió tres goles en la primera mitad, inédito en la historia Roja, para sentenciar cualquier esperanza de acceder a semifinales. Si no gana el torneo local, no tendrá copas internacionales en 2021.

Se puede perder porque el rival te pintó la cara, te clavaron un golazo inalcanzable o incluso hizo pasar a tres defensores en la misma jugada con solo una pisada. Lo que es inadmisible en un partido de Copa internacional es perder por errores que no se ven ni en Inferiores, o que si se hicieran en partidos amateurs sin duda dejarían fuertes reproches. Y así cayó Independiente hoy ante Lanús.

Dos minutos le alcanzaron al Granate para derrumbar las ilusiones del Rojo. Dos errores garrafales le abrieron el partido a la visita y diluyeron toda esperanza. Al cuarto de hora Pablo Hernández, rodeado de cuatro futbolistas rivales, quiere tirar un caño en el área para salir jugando. La pelota deriva en Belmonte y pone el 1 a 0. 

A los 17', Barboza va sobre la banda a cubrir la subida de Lautaro Acosta. El delantero le gana la posición contra la raya y el zaguero de Independiente se tira reclamando un golpe en la cara. En vez de seguir la acción, con el Laucha pegado al corner, el defensor elige quedarse en el piso tomándose el rostro. El juez deja seguir la acción y el hombre de Lanús avanza con cancha libre, tira el centro atrás y aparece implacable Sand para poner el segundo. 

Si eso ya era mucho, todavía faltaba que Franco y Barboza dudaran sobre quién debía rechazar el pelotazo para que finalmente no sea ninguno, choquen y le quede a Orsini para meter el tercero, que se caía de maduro. Nunca había sufrido tres goles en el primer tiempo por un partido de Copa Independiente.

El segundo tiempo estuvo de más, porque fue Lanús quien pudo haber anotado más goles. Sólo una llegada de Federico Martínez, el único que salvó su ropa, fue lo que mostró el Rojo, que no tuvo ni el amor propio de quemar las naves e ir a buscar la última esperanza de hacer cuatro goles... El de Roa, sobre el final, dejó sabor a poco. 

Emiliano Penelas

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