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El ex técnico de Independiente repasó en una extensa entrevista sus más de setenta años vinculado con la pelota. Elogios para Pedro Iso, lo que le costó convencer al hincha y el trabajo con Bochini y el plantel campeón. 


Jorge Raúl Solari, campeón dirigiendo a Independiente en la temporada 1988/89, se sometió a las "100 preguntas" de Diego Borinsky para el diario La Nación. Hermano, nieto y yerno futbolistas, el "Indio" jugó en Newell's, River, Vélez, Estudiantes. Ganó la Copa Libertadores.

Dirigió a Arabia Saudita; entrenó en España y en Japón, y fundó un club, que es reconocido formador de juveniles. A los 78 años, y sin pelos en la lengua, acá están algunas de las respuestas:

-¿Quién es el Indio Solari original: usted o el cantante de Los Redondos?
-Modestamente digo que yo, porque nací ocho años antes. Y porque mi apodo se hizo conocido en la década de los sesentas, mientras que él empezó a cantar en los ochentas. Lo curioso es que se llama "Carlos", igual que mi padre, y por lo que leí, sé que nació en Concordia, la misma ciudad en la que nació mi padre. Hoy, igual, ya me pasó de largo, él es réquete famoso. Lo escuché, aunque no tanto; no soy muy adepto a la música en general. De joven iba a los bailes pero después para mí todo fue fútbol, fútbol y nada más que fútbol.

-¿Cómo se define como jugador?
-Era un 8 con bastante ida y vuelta, con buena resistencia. Siempre me interesó aprender, tuve grandes técnicos -Don Renato Cesarini por sobre todos- y luego intenté volcar esas enseñanzas. Lo disfruté mucho, sobre todo al crear un club, al que le pusimos "Renato Cesarini". Ha sido un acierto tremendo: es el lugar en el que más aprendí, porque acá hay que resolver problemas de todo tipo, como entrenador, directivo, hincha, utilero, encargado de la pensión, canchero, buscador de jugadores... todo.

-¿Cuántos hijos, nietos y bisnietos tiene?
-Tres hijos: Jorgito, que jugó hasta la reserva de Newell's; Paola, que es maestra, y Natalia, que está casada con Fernando Redondo. Tengo, a ver... 11 nietos, y uno de ellos, Augusto, el que juega en racing, me dio hasta ahora mi única bisnieta: Renata.

-¿Habla de doping?
-En el fútbol argentino no había control antidoping, o sea que era un descontrol. En una nota que dio en Rosario Luis Artime pidió que hubiera controles, explotó la bomba en Buenos Aires y eso terminó siendo muy bueno para el fútbol argentino. Había mucho doping acá, ésa es la verdad. A nosotros, en River, no nos daban nada, éramos unos inexpertos bárbaros. Doping hubo no sólo en el fútbol sino también en todo el deporte, en todo el mundo y en todas las épocas. El ser humano, y no sólo el jugador de fútbol, hace cualquier cosa para ganar si no lo controlan. Pasaban cosas raras esos años también con los arbitrajes. Por eso el VAR es muy importante. Hay que perfeccionarlo todavía, pero se terminará con las suspicacias y todos podrán irse tranquilos a la casa.

-¿Usted nunca ingirió cosas extras?
-Nunca me lo permití. Gracias a Dios todo lo que logré fue por mi rendimiento, mi conducta y mi cuidado; no tuve que recurrir a nada raro para sobresalir. Insisto: cada uno jugaba como se le daba la gana, el ayudín existía y se conseguía la ventaja de cualquier manera. Enfrentarse con un equipo que se dopaba era como enfrentarse con 13 jugadores, mucha desventaja. Más allá de la trampa, tampoco esos muchachos entendían que no los mataba en el momento pero les arruinaba después la vida, que morían antes.


-¿Por qué le pusieron "Renato Cesarini" al club que fundó en 1975?
-Cuando nos juntamos los muchachos parar armar un club dijimos "no vamos a ponerle «Belgrano», «San Martín», «Gimnasia»; son todos nombres baqueteados. Hay que poner el nombre de alguien que nos haya marcado". Y enseguida surgió el de Renato Cesarini, que había fallecido hacía unos años, y sacó mucha ventaja.

-¿Crearon el club con la idea de competir o la de sacar jugadores?
-Hicimos un club para jugar en la liga rosarina, y después se dio la gran alegría de que nos clasificamos para el Nacional '82 y el '83. Pensamos en un club que tuviera mejor formación de jugadores, ya que los clubes más reconocidos en general tenían una formación muy básica en inferiores. Después competimos, nos fue bien y en el primer Nacional goleamos por 5-1 a racing, le ganamos a Vélez y estuvimos cerca de pasar a las finales, pero no podíamos sostener económicamente al equipo, y aparte la ciudad ya estaba repartida entre dos clubes. Hacíamos todo a pulmón: sueldos, viajes, indumentarias, y con 500 socios no se puede jugar ni en la primera de la liga rosarina. Se necesita plata para mantener eso y comprar jugadores.

-¿Cómo se hace un club?
- ¿Vio que los jugadores somos quejosos? Entonces un día le dije a Ermindo [Onega]: "Cuando termine con el fútbol voy a hacer un club". Listo. Me vine a Rosario, estaba trabajando en la farmacia con mi hermano y me puse a averiguar: hacía falta personería jurídica, elegir el nombre y el color de la camiseta, conseguir el lugar, armar una comisión directiva. Me junté con amigos y armamos un equipo con grandes glorias que estaban cerca del retiro, como los hermanos Onega, Luis Artime, [Oscar] Pianetti, Gonzalito [Alberto González], el Muñeco Madurga, el Mono Mas, casi todos ex jugadores de River y Boca, de selección, y con eso fuimos recaudando fondos. Para jugar en la liga rosarina necesitábamos tres años de antigüedad, pero cuando les dije de los monstruos que traía, nos aceptaron como excepción.

-¿Y las instalaciones?
-En Buenos Aires, ni los clubes grandes tenían cancha. En River había una sola auxiliar y la usaban para el torneo interno. Independiente tenía una de barro, ni siquiera de tierra, porque jugaban todas las inferiores; después la hizo estacionamiento para recaudar más. racing sacó la suya e hizo una pileta de natación. Entonces les dije a los muchachos: "Si vamos a fundar un club de fútbol, necesitamos canchas, hay que poner 500 dólares cada uno". Y así arrancamos: Eduardo De Paz, mi hermano Eduardo, los Onega y Artime compramos un pedazo de campo, lejos de la autopista, a seis kilómetros de Rosario.

-¿Paso siguiente?
-Armamos la primera local, en la que jugábamos nosotros, y resolvimos los temas legales. Luego la cuarta especial, la cuarta, la quinta y la sexta para la liga rosarina. Después, como Newell's y Central nos ganaban fácilmente, dijimos: "Tenemos que salir a buscar jugadores". Los clubes importantes esperaban a que llegaran los jugadores a probarse; nosotros, en cambio, salimos a buscarlos. Ahora lo hacen todos, uno sale y se choca con los autos de Boca, de River, del ascenso.

-¿Cuántas canchas y cuántos chicos tiene hoy en el club?
-En total hay 56 canchas, contando las de baby, y de las 10 hectáreas iniciales llegamos a 35. Tenemos diez divisiones, hay chicos desde los 4 años y en total serán unos 350. En su momento llegamos a tener 700 chicos, con dos líneas por cada categoría. Hemos organizado torneos y entonces es cuando nos hacemos amigos de los técnicos de los otros equipos para que después nos manden jugadores, porque no nos da el presupuesto como para ir con autos a distintos lugares a buscarlos. Entonces tratamos de que vengan acá.

-¿A quiénes pone en el cuadro de honor de jugadores y entrenadores formados en Renato?
-Uy, ¡son muchos! Entre los más conocidos están Mascherano, Demichelis, Sensini, Cubero, Guglielminpietro, Pablo Piatti, Pillud, Gandolfi, el Tucu Correa, Desio, Marcos Aguirre, Gioda, Komar, Guillermo Larrosa, Vitali, y bueno, mis sobrinos Santiago y Esteban Solari y mi nieto Augusto. Entrenadores: Sampaoli, Capitano, Ramaciotti, Sbrissa, y hay muchos profes que salieron del club. Antes los preparadores físicos en el fútbol eran profes de educación física que podían hacer atletismo o voley, y nosotros fuimos de los primeros en meter la pelota, entonces los profes del club se especializaron en esos trabajos compensados. Antes, el DT era muy celoso del profe: no fueras a sentarte arriba de la pelota porque te echaba. Pero después el entrenador aprendió que si el profe lo ayudaba, eso era mejor para todos.

-¿Ustedes crearon la figura de sparring en el fútbol?
-Así es. La idea nació en el '82, cuando fuimos por Renato a hacer una gira por Europa. Al terminar, los chicos se quedaron a ver el Mundial de España y yo me volví. Iban a ver entrenamientos, y en esa época, como eran 22, si uno tenía un tironcito o sufría un golpe, les faltaban jugadores para completar el picado, entonces Menotti ponía al masajista o al utilero. Los pibes se dieron cuenta de que había un problema y me lo comentaron al regreso. Para el Mundial siguiente, como conocía a Bilardo por haber sido mi compañero en Estudiantes, le dije: "Te llevo a los chicos de Renato a México y te juego como van a jugarte tus rivales".

-¡A Bilardo lo encantó!
-Le gustó, y nos pusimos a buscar información en diarios y revistas, a hablar con amigos; no era tan fácil como ahora. Armamos rifas y comidas para juntar el dinero, porque la AFA no pagó nada. Después fuimos al Mundial '90, y al '94 llevamos dos equipos, uno para la selección argentina y otro para la de Arabia, que dirigí con Eduardo [Solari]. Fuimos a Francia '98. Al de 2002 no, porque Bielsa llevó a los del sub 23, y en 2014 estuvimos cerca de las prácticas pero no participamos directamente. Hoy, todos los países llevan sparrings.

-¿Por qué no ganamos más un Mundial desde el '86?
-En un Mundial, cualquier detalle te mata. En el 2014 estuvimos a un paso, y la jugada del arquero con Higuaín no es penal: ¡es asesinato! A Neuer tendrían que haberlo llevado directamente de la cancha a la cárcel. Por eso digo que el VAR es importantísimo. Hay que perfeccionarlo y chau, nadie más va a desconfiar de los árbitros. Otro Mundial increíble fue el del '94, y en ese caso puedo contar una situación increíble de la que fui testigo.

-¿A qué se refiere?
-¿Te acordás de la gorda que sacó de la mano a Maradona del campo de juego para llevarlo al antidoping? Ese mismo día Arabia le ganó por 2-1 a Marruecos. Fue el primer triunfo de Arabia en un Mundial, el vestuario era un verdadero quilombo y, de golpe, pum pum, golpearon la puerta. "¿Quién es?", preguntamos. "El príncipe de no sé dónde". "Listo, que pase". A los cinco minutos otra vez: pum, pum. "¿Quién es?". "El príncipe de no sé qué otro dónde". "Listo, que pase". Así un par de veces más hasta que a la media hora golpearon: era un estadounidense que nos decía que si no estaban a los cinco minutos los dos jugadores nuestros en el control antidoping, perderíamos los puntos. Con tanto festejo, nos habíamos olvidado.

-Diferentes criterios.
-Exacto. Con esto quiero decirte que a Maradona se lo llevaron de prepo del medio del campo, y a nuestros jugadores, el mismo día, fueron a buscarlos al vestuario media hora después. Algo raro hubo ahí, ¿no?

-¿Lionel Messi alcanzó a Maradona con la pelota en los pies?
-Muy difícil comparar las épocas, pero veamos: velocidad y repentización tienen los dos, parecidas. Algunos detalles: cuando Diego superaba a un marcador, no lo volteaban ni con un tanque. Messi tiene un esquive impresionante en espacios reducidos y en la definición siempre apunta a los 30 centímetros de un palo. Para Messi, el arco no mide 7,32 metros sino 30 centímetros de cada lado. Y es muy difícil que patee fuerte.

-¿Le costó mucho convencer al hincha de Independiente?
-Tuvimos que acomodarnos. A mí me recomendó [José Omar] Pastoriza cuando él se fue a Boca. El Pato era muy amigo de Pedro Iso, el presidente, y le dijo: "traiga al Indio Solari". El Pato se llevó a [Claudio] Marangoni y yo traje al Chaucha Bianco, un desconocido, que venía en préstamo de Racing, de Córdoba. No había empezado el campeonato y la gente ya se quejaba de Bianco. "Esperen que juegue, al menos", decía yo. Y fue muy importante. También acerté cuando dije: "El día en que se vaya el peladito del medio, chau, acá se acaba el paladar negro".

-¿Le decía "peladito" a Bochini?
-No, que no nos escuche... No le gustaba que le dijeran "pelado", tenía complejo. Yo decía: "Se acaba Bochini y se acaba el paladar negro acá". Y así fue.

-¿Por qué tuvo problemas con Bochini y casi se fue a Boca?
-No tuve problemas con Bochini. Sí pasó que Pastoriza tenía otro tipo de relación con él; habían sido compañeros, podían insultarse y no pasaba nada. El Pato me dijo: "Vos tenelo bien al Bocha. Él tiene sus cositas, pero es un buen tipo". Bochini se entrenaba sin problemas pero le costaba levantarse. Pastoriza tenía al Tuerto Adorno como ayudante, que se le metía en la casa a Bochini los martes, lo levantaba y lo llevaba. Los lunes teníamos descanso todos. El tema es que yo no tenía a un Adorno como para hacer eso, entonces agarré a Giusti y le dije que a los más grandes (él, Bochini y [Hugo] Villaverde) iba a darles libre el martes, que los liberaba de venir. Que apoyara esa iniciativa delante del grupo. Lo dije delante de todos: que los de 35 quedaban exceptuados de la primera práctica de la semana, para recuperarse mejor. Y para que después no quisieran faltar los pibes también, ¿viste?, porque son rápidos para eso.

-¿El Bocha le agradeció el gesto?
-Sí, pero igual Bochini no me faltó ningún martes. Ya te digo: a él le gustaba entrenarse; se le complicaba levantarse a la mañana. El Bocha, además, es mimoso, como todo superdotado, entonces yo quería cuidarlo más que a nadie, porque era el as de espadas, el 7 de espadas y el 6 de espadas; con él en la cancha, ganábamos. Su problema, también, es que alrededor tenía una banda de vagos, entre hermanos y amigos, como suele ocurrir. De la fama y la plata se prenden todos.

-¿Qué pasó con Luis Islas?
-Islas quería entrar último al campo de juego, detrás del resto de los jugadores, para que lo aplaudieran más que a Bochini. Pero el que entraba último era Bochini y no le aflojaba.

-¿Siente que el hincha de Independiente no le reconoció mucho el campeonato '88/'89 en ese momento pero sí lo valoró con los años?
-Puede ser, sí. Ahora me llaman periodistas partidarios de Independiente en los aniversarios, le dan la importancia que tiene, valoran la dedicación que le metimos. Había una comisión directiva de oro que nos contagió, y nosotros nos enamoramos del club, le metimos a fierro con todo. Nos preocupábamos por el equipo, por la cancha, por todo. Y no es fácil ganar un campeonato, ¿eh?, y sobre todo con rivales importantes, como Boca, River, racing y los rosarinos. Pasa que al comienzo el hincha rechazó al cambio: no es lo mismo Pastoriza, la historia misma del club, que el Indio Solari, al que no conocía nadie. Pero bueno, poco a poco fuimos entrando en el club y creo que con el tiempo el hincha lo reconoció como correspondía.


-¿El presidente Carlos Menem lo recomendó para dirigir a Arabia en el Mundial '94?
-El técnico que lo clasificó fue el holandés [Leo] Beenhakker y lo echaron unos meses antes. El embajador de Arabia fue a la Casa Rosada y comentó que estaban sin entrenador, y enseguida Menem le aseguró que les conseguiría al mejor del país. Le dijeron a Bilardo, pero Carlos hizo "oleeee"; venía de ser subcampeón del mundo. Entonces me recomendó Armentano, que era de la custodia presidencial y había estado en la hinchada de Vélez cuando era joven; me conocía de ahí. Le dijeron a Menem, y como yo había jugado en River, dijo que sí.

-¿Le entendían algo los árabes?
-Estuvimos tres meses concentrados haciendo amistosos para elegir a los jugadores. A mí me costaba mucho identificarlos, por más que vimos mil videos. Por suerte, mi hermano Eduardo es muy atento a las fisonomías y los reconocía fácilmente, así que Eduardo los saludaba por el nombre y yo iba detrás de él repitiendo. Tenía los nombres anotados en un papel, que pegaba en la pared de mi cuarto: los miraba antes de irme a dormir y apenas me despertaba, para fijarlos.

-¿Cómo se enteró de que Fernando Redondo estaba de novio con su hija Natalia?
-Se conocieron en Mar del Plata. Nosotros fuimos los iniciadores del Balneario 12. Antes íbamos al 11 con Pipo Ferreiro y Griguol y queríamos tres carpas de adelante porque nos la pasábamos jugando al voley y necesitábamos ver cuándo se desocupaba la cancha. En el 11 nos dijeron que no había más carpas adelante, así que fuimos a preguntar al 12. Nos contestaron que sí enseguida, y allí nos quedamos para siempre. Y a la noche hacíamos el asado o los fideos, nos íbamos a la medianoche. Así empezó a llenarse de futbolistas el 12; antes no era conocido. Y bueno, ahí iba también la familia de Fernando, y se conocieron. Después él se fue a jugar a Tenerife, más tarde yo viajé para dirigirlo y bueno, cuando terminaban los partidos nos íbamos en familia pero Natalia me decía "vayan, yo me quedo un rato más". Y volvía una hora después. Y un día vino Fernando a cenar a casa, me dijo que quería salir con Natalia y listo. De todas formas, Fernando era titular inamovible en ese equipo, no podía haber dudas sobre el tema.


-¿Qué sintió al ver a Santiago dirigir a Real Madrid?
-Fue muy lindo. De alguna manera u otra sentíamos que también estábamos nosotros en esos partidos, aunque sabíamos que sería muy difícil, porque tras la salida del francés [Zinédine Zidane] el equipo había caído. Había que hacer el cambio y remontar, en una época en la que no estaban organizadas las cosas.

-El mejor DT de Argentina y del mundo.
-Guardiola es muy bueno y lo del Cholo [Simeone] tantos años en Atlético peleando arriba tiene un mérito tremendo. De acá, Gallardo está muy bien.

-¿Existe la incentivación en el fútbol?
-Sééé... Pero escúcheme una cosa: ¿cómo no va a existir, si donde hay plata, siempre hay cosas que ensucian? Como decía el Pato Pastoriza: "El sexo y la plata corrompen todo". Y agregaba: "¿Sabés quién es un verdadero amigo? El que no le mira el culo a tu señora". Con la plata es lo mismo. Todos somos decentes, ¿no? Bueno, poné una bolsa con un millón de dólares y apagamos la luz. La prendés en 20 segundos y no está más la bolsa, y supuestamente todos eran decentes... Vamos.

-¿Soborno hay?
-Lo creo más difícil. Para ganar, el jugador muchas veces recibe dinero de otro. También jugar a empatar existe, porque a los dos les conviene el resultado: "Si voy para adelante, por ahí me abrochan", piensa uno, y el otro se queda. Parece que está arreglado, pero no: está convenido en el momento, que es distinto. Pero para atrás no conozco, aunque puede haber.

-¿Le gustan los dirigentes del fútbol argentino?
-No hacen un curso para prepararse, caen del cielo porque tienen plata y aprenden sobre la marcha. En el revoleo cayeron algunos muy malos y otros hasta mal intencionados. Así terminaron los clubes. Antes entraban a los clubes a los 20 años, se hacían socios, por ahí se agarraban a piñas en las canchas, porque les gustaba mostrar que eran buenos peleadores. [Raúl] Gámez en Vélez, por ejemplo. Crecían en el club, lo querían, y un día llegaron a la presidencia. Gámez nunca se llevó un mango. Lo aprendió de Pepe Amalfitani; ése fue un fenómeno con todas las letras.

-¿Qué dirigentes de los que trató usted sabían de fútbol?
-Pedro Iso fue un dirigente excepcional. Era muy vivo: invitaba a los jugadores a comer y ahí se enteraba de todo, porque los jugadores comentaban sin querer. Con Armando Botti en Newell's hice un buen equipo. Él se quejaba de que no lográbamos ser campeones y yo le expliqué que era porque a fin de año siempre teníamos que vender jugadores. "La única manera de cambiarlo es tener cuatro veces más socios", le dije. Entonces me hice socio yo y fui haciendo socios a los jugadores. Le decía al presidente "descontale la cuota del próximo sueldo". Y listo. En todas las notas que me hacían le decía a la gente que se hiciera socia, y así sumamos un montón. En Independiente y Atlético Tucumán fue lo mismo.

-¿Grondona le hizo bien o mal al fútbol argentino?
-Grondona fue un tipo extraordinario e inteligente. Hizo sus cosas buenas pero desaprovechó la chance de darle al fútbol argentino mejores posibilidades. Desde su cargo en la FIFA debió apoyar al fútbol amateur de nuestro país, darle valor al Consejo Federal, capacitando entrenadores, profes y cancheros para pulir las piedras preciosas que tenemos en el interior. Podría haber conseguido soluciones por el cargo que tenía; era un tipo muy capaz.

-¿Cómo está de salud? ¿Tuvo achaques?
-Por ahora estoy 0 kilómetro. Veremos hasta cuánto llegamos. Estamos conformes, disfrutamos lo que hicimos y agradecemos los amigos que tuvimos. Salvo el patatús del 2016 y los stents que me pusieron, estamos bien.

-¿Lo último que dirigió profesionalmente fue Coronel Aguirre, en el Federal B?
-Correcto, en 2016, cuando me agarró el patatús. A partir de entonces ya no estoy apto físicamente para dirigir en primera [risa]. Estaba en un partido, sentí un malestar y no salí a dirigir en el segundo tiempo. Por suerte mi hijo Jorgito estaba en la tribuna, le avisaron, me subió al auto, me llevaron al Instituto Cardiovascular de Rosario y enseguida me operaron. Me metieron dos stents y estuve unos días en terapia intensiva. Tuve un infarto, creo. Fue infarto, ¿no, Nerina? [pregunta a su mujer]. Me atendieron mil puntos.

-O sea que si hubiera salido a dirigir en el segundo tiempo.
-Quizás quedaba por ahí cortado y no estaríamos haciendo esta nota. Pegó en el palo y salió [risa]. No le tengo miedo a la muerte, la verdad... Me cuidan y me cuido. Dejé a muchos por el camino, y además le gané a un montón. Ya me tocará a mí también.


Documento
Jorge Raúl Solari.
Nacimiento: 11/11/1941, en Rosario.
Divisiones inferiores: Newell's Old Boys.
Primera: Newell's (1960/61), Vélez Sarsfield (1962/63), River Plate (1964/69), Estudiantes La Plata (1970), Torreón (1971/72), Renato Cesarini (hasta 1980).
Seleccionado nacional: Mundial Inglaterra 1966.
Títulos (1): Copa Libertadores 1970.

Trayectoria como entrenador
Comenzó en 1972 en las divisiones inferiores de Rosario Central.
Ayudante de campo de José Varacka en Junior, de Colombia.
Como entrenador principal: Millonarios, de Colombia; Newell's Old Boys (tres etapas); Renato Cesarini (varias etapas); Vélez Sarsfield; Junior, de Colombia; Independiente; Tenerife, de España; seleccionado de Arabia Saudita (Mundial Estados Unidos 1994); Yokohama Marinos, de Japón; América, de México; Aldosivi; Huachipato, de Chile; Argentinos Juniors; Barcelona, de Ecuador; Almagro; Tiro Federal; Atlético Tucumán, y Coronel Aguirre.
Títulos (3): Campeonato 1988/89 en Independiente, liga de Japón 1995 en Yokohama Marinos y Argentino A 2008 en Atlétco Tucumán.

La nota completa en este link.

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