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Independiente cayó en Rosario ante Lanús por 2 a 0 con goles de Sand al final de cada tiempo y quedó eliminado de la Copa Argentina. El Rojo quedó afuera de todo, y el ciclo Beccacece terminado. 



Independiente no levanta cabeza, no juega al fútbol, no genera situaciones, no supera a los rivales, comete errores básicos para un equipo profesional... Un sin fin de comentarios que se vienen sucediendo prácticamente desde el inicio del ciclo Beccacece, y se acentuaron en los últimos partidos.

El de hoy en Rosario no fue la excepción, pero colma el vaso porque significa la eliminación del Rojo de otro de los objetivos del año, y uno de los que le daba sentido a pensar en un 2020 con mejores perspectivas.

Que Sand estaba en offside en el primer gol, que el arbitraje de Pitana fue malísimo, que todas las jugadas divididas son en contra, también está claro. Pero si hay un responsable empieza por casa, y es el equipo que jamás encontró la forma de jugar los partidos, y el hastío carga de bronca a los miles de hinchas que fueron hasta el estadio de Newell's detrés de una ilusión.

Emiliano Penelas

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