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Al cumplirse 20 años de la conquista de la Copa Libertadores de 1964, El Gráfico reunía a los protagonistas y entre anécdotas, historias, secretos y fotos, recrean una página gloriosa de Independiente.



Van llegando. . ., y el reencuentro produce abrazos interminables, brillo en los ojos, y por qué no, alguna lágrima. Muchos se ven seguido, otros no tanto. Muchos siguen transitando los caminos del fútbol, otros se alejaron. Por eso la sorpresa: canas que asoman, kilos que engrosan la figura, rostros que denuncian el paso del tiempo.

El Gráfico ha propuesto una mesa en Los Dos Chinos, y van llegando... para que todos juntos recordemos, celebremos, una página notable de la historia de Independiente: la conquista de la Copa Libertadores de América de 1964. Se cumplen 20 años y la estrofa de un tango, que nadie dice pero que todos adivinamos, va imponiendo el clima: "Sentir que veinte años no es nada".

Era un equipo, un grupo de verdad, el que impuso para siempre un apotegma: "Independiente es una familia".

Santoro, Bernao, Guzmán, Acevedo, Santiago, Mario Rodríguez, Mori, Zerrillo, Maldonado, Suárez, Paflik, Mura, Ferreiro, Vicentito De la Mata, Rolan. Están casi todos los muchachos de aquel plantel. . . Y el cuerpo técnico: Horacio González García (preparador físico), Miguel Luis Fernández Schnorr (médico), Nilo Bonelli (kinesiólogo), Saturnino Las Heras (masajista). . . Falta un hombre, el conductor técnico, Manuel Giúdice, y en todos nosotros late su recuerdo. El Colorado Giúdice se fue de este mundo el año pasado, el 27 de junio de 1983.

"Sentir que veinte años no es nada"...


En 1984 como en 1964 saludando con los brazos en alto: Santoro, Bernao, Guzmán, Acevedo, Santiago, Rodríguez, Mori,Zerrillo, Maldonado, Suárez, Paflik, Rolan, Mura. Ferreiro, De la Mata.

Se renuevan jugadas, goles, finales, alegrías, tristezas. De pronto, todo vuelve a ser como entonces. Maldonado sigue siendo "el viejo". . . "Cuando yo llegué a Independiente —cuenta Rolan— me dijeron que el seis era un tal Maldonado; pregunté si era el hijo de uno que había jugado en Platense haciendo línea media con Víctor Rodriguez y Mammana, porque yo de pibe, en Uruguay, me comía las revistas argentinas, y me contestaron que no, que era el mismo. . ." Las carcajadas asoman, como hace veinte años. Rolan se abraza con Maldonado y en voz alta le dice "viejo querido", y al oído: "Dame la fórmula, vos estás embalsamado". González García será por siempre el “Profe", y Fernández Schnorr el "Tordo". El Negro Acevedo comenta con admiración: "Profe, usted está igualito, ni una cana". Y el otro Negro, Rolan, más atorrante, ya está decidido a copar la fiesta: "Por supuesto, si los que corríamos éramos nosotros". Mario Rodríguez se convierte en el socio de Rolan a la hora de las bromas, como antes. "Verlos juntos era ponerse a temblar, podían hacer cualquier destrozo", insinúa Paflik. La Chancha Mori lo escucha, y agrega: "Vos sos el menos indicado para hablar, porque te prendías en todas". Lo cierto es que Mario le pone una mano en el hombro a Rolan, y lo encara: "Negro, ¿te acordás lo que decía don Manuel en la charlas técnicas?: 'hay que darle la pelota a Rodríguez para que la meta, y marcar a Rolan para que no haga goles en contra'. . . Yo los salvé a todos, si habrán ganado guita conmigo". Rolan traga saliva y quiere mantener el gesto sereno, pero la risa lo está doblegando: "Callate, ese equipo se salvó por los defensores, no pasaba nadie". Mario asiente: "Es verdad, yo empecé a usar canilleras cuando llegué a Independiente, y en los entrenamientos me las ponía en la espalda, porque ustedes pegaban en cualquier lado". Pipo Ferreiro tira un dato, hablando en serio: "Este plantel impuso en el fútbol argentino el cincuenta y cincuenta en la Copa Libertadores. Pero recién en la versión 1965; nos llevó un año convencer al Gordo Sande..."


Aquí empezó la historia. Independiente se clasifica campeón de la AFA, el 24 de noviembre de 1963. Los festejos de Conigliaro, Mura, Paflik, Decaria, Rolan, Ferreiro, Toriani, Savoy y Nilo Bonell

Nos sentamos en una mesa grande, con los recuerdos. Todo empezó la tarde del 24 de noviembre de 1963, cuando Independiente se consagró campeón y con ello el derecho de representar al fútbol argentino en la Copa Libertadores, que por entonces sólo incluía a los campeones de América. ¿Cómo era ese equipo de Independiente? ¿Qué fútbol practicaba? El archivo permite evocar el pensamiento de Manuel Giúdice.

• "El principal objetivo de un técnico es el hombre. Esa es la primera etapa, impostergable. Conocer a cada uno de los jugadores como personas y luego procurar asociarlos a la vida en común".

• "Mi idea del fútbol se puede resumir en una frase: hay que salir a ganar a atacar. Esa es la fisonomía que he procurado transmitirle a todos los equipos que he dirigido".

• "El equipo ideal es el que tiene buenos jugadores, pero a veces, en algunos puestos, la calidad se puede reemplazar con moral. Independiente tenía mucho de eso: buenos jugadores y una gran riqueza moral, que se consiguió con el sacrificio de todos".

• "El fútbol ha cambiado indudablemente en la mayor dinámica, pero no en la esencia, en la manera de jugarlo. Déme jugadores y vamos a jugar al fútbol. Es lo más simple que hay".

• "La ubicación en el campo y la obligación la doy yo. Después el jugador interpreta el fútbol conforme a lo que sabe y a lo que le conviene. No le corto la inspiración a nadie, pero que nadie se crea que la inspiración es jugar para él solo, hacer lo que se le antoja. No persigo la anarquía: quiero equipo".

• "Sólo exijo que se queden los dos zagueros centrales. El resto puede soltarse cuando vea la oportunidad, con la lógica responsabilidad del relevo y del regreso. En Independiente llegábamos al ataque con cinco y seis hombres. Fue el mejor cuadro que dirigí en mi vida".

Don Manuel tenía un equipo base para jugar la Copa Libertadores. Formaba así:

Toriani; Ferreiro, Navarro, Maldonado, Rolan; Mura, Acevedo; Bernao, Suárez, Rodríguez, Savoy. Pero los planes del técnico se vieron alterados antes de comenzar el torneo. Rubén Marino Navarro se fracturó la tibia de la pierna izquierda el 3 de mayo de 1964, jugando en Rosario frente a Central por la segunda fecha del campeonato de la AFA, y quedó al margen de la Copa.


La Falda, pretemporada en 1964. Postal con las peladas de Paflik, Mori, Rolan, Guagliardi y Vicentito de la Mata. Fue un desafío y una cábala

La Copa Libertadores de América había sido "descubierta" por los clubes argentinos recién en 1963, cuando Boca la tomó en serio y llegó a jugar la final con el Santos de Pelé. No obtuvo el título pero marcó un camino, e Independiente se preparó especialmente para seguirlo, según cuenta González García. "Don Manuel era la cabeza del cuerpo técnico, pero trabajaba muy estrechamente con el doctor Fernández Schnorr y conmigo. Nos consultaba todo. El pensaba, acertadamente, que a este equipo le faltaba competición internacional, y por eso le pidió a los dirigentes que organizaran amistosos con equipos europeos. Después fuimos a jugar un cuadrangular en Chile. Yo viajé primero para ver dónde nos podíamos alojar y elegí un hotel en Rancagua, a 80 kilómetros de Santiago, el mismo que había utilizado Argentina en el Mundial de 1962. El empresario se volvió loco porque quería que los jugadores estuvieran en Santiago, cerca de los periodistas: él veía la promoción y yo la tranquilidad necesaria de una concentración. Cuando llegó la delegación le dije a Giúdice lo que había arreglado y aceptó de inmediato. Los muchachos no dijeron una palabra, eran verdaderos profesionales. Esa fue una época bastante difícil para el fútbol argentino, porque la mayoría de los jugadores eran bastante vagos, atorrantes y poco afectos al entrenamiento. En Independiente habíamos creado una conciencia distinta, por eso el equipo los pasaba a todos por arriba. Este fue un grupo muy tranquilo, educado: hicimos montones de giras y nunca tuvimos el menor problema".

Desde un costado de la mesa llegan las carcajadas de un grupo. El Negro Rolan, Mario Rodríguez y Paflik están rescatando anécdotas.

"Un día entró don Manuel a la pieza que ocupábamos Luisito (Suárez), Paflik y yo. Quería tomar un mate, le dije que teníamos sueño y le apagué la luz. Pobre don Manuel, casi se mata al salir, porque no veía nada. Lo que nunca supo es que le negamos el mate porque la pava estaba llena de vino" (Rolan).

"¿Te acordás de ese día en Viña del Mar, cuando el 'Profe' nos felicitó porque nos encontró desayunando a las ocho de la mañana? ¡Qué desayuno! Nos habíamos escapado de la concentración y a la vuelta fue imposible entrar a las piezas. Entonces nos fuimos al comedor como señoritos ingleses" (Paflik).


Zerrillo, Rodríguez, Rolan, Paflik y Mori. El Negro Rolan copó la fiesta con sus anécdotas risueñas y emotivas


"Yo casi me muero de la risa en Miami, aquella vez que el Negro se quiso hacer el educado con dos señoras que estaban en el lobby del hotel esperando el ascensor. Las dejó subir primero con un gesto de gentleman mientras les decía: 'Pasen, jovatas, ¿cómo hicieron para ser tan fuleras?' Las mujeres se bajaron en el cuarto piso y antes que se cerraran las puertas, nos dijeron: 'Nosotras también hablamos español, buenas noches'. El Negro creía que eran norteamericanas y resultó que eran dos rosarinas. ¡Qué papelón!"(Rodríguez).

En otro costado de la mesa, lejos de los oídos de González García y Fernández Schnorr, se escuchan voces más serenas.

"Este fue un equipo con personalidad, muy bien llevado por el cuerpo técnico" (Guzmán).

"De aquel lado van a escuchar todas las anécdotas. Yo pienso que a don Manuel y al profe no 'se les escapaba nada. Lo que pasa es que todos, sin excepciones, a la hora de entrenar nos matábamos, y en la cancha igual. Este plantel fue una familia de verdad" (Acevedo).

Esa campaña previa de la que habla González García comprendió 13 partidos internacionales (incluido el cuadrangular) e Independiente obtuvo 10 triunfos y 3 empates. De esa serie, jugada entre el 8 de diciembre de 1963 y el 21 de abril de 1964 se destaca una histórica goleada sobre el Santos (con Pelé y Coutinho): 5-1 en Avellaneda, con goles de Bernao (2), Suárez (2) y Savoy.

"Les arruinamos una gira, porque la empezaban con nosotros y después seguía por otros países. Los goleamos, los bailamos y se volvieron a Santos anulando los demás partidos" (Rodríguez).

Esa serie también dejó dos hitos en la historia moderna de los rojos. El lunes 6 de enero de 1964, frente al F.K. Austria, el club inauguró el sistema de iluminación artificial. Esa misma noche quedó instituido un saludo que pasó a ser parte de la mística, hasta hoy.

"Fue un invento mío. Entramos a la cancha y fuimos a saludar a las socias con los brazos en alto. Como nos dio suerte, le ganamos a los austríacos por 3-0, lo perfeccionamos y quedó para siempre. Después lo copiaron muchos equipos en todo el mundo" (Maldonado).


El golazo de Luis Suárez, en Maracaná, para sellar la victoria de los rojos sobre el Santos. Fue sobre la hora, Independiente daba un gran paso para ganar la Copa. Suárez, ese día, cumplía 26 años


El sorteo de la Copa Libertadores estableció este ordenamiento. Grupo 1: Independiente, Alianza (Perú) y Millonarios (Colombia). Grupo 2: Nacional (Uruguay), Cerro Porteño (Paraguay) y Aurora (Bolivia). Grupo 3: Colo Colo (Chile), Barcelona (Ecuador) y Deportivo Italia (Venezuela).

El desarrollo del grupo 1 tuvo un perfil insólito: lo ganó Independiente sin salir de Avellaneda. El único partido como "visitante", frente a Alianza, se jugó en la cancha de Racing, porque una tragedia desatada en el estadio nacional de Lima, el 24 de mayo de 1964, había impuesto un manto de luto sobre el fútbol peruano. Ese día estaban jugando Argentina y Perú por el torneo Preolímpico y el encuentro fue suspendido por una batahola generalizada entre espectadores y la policía, que se agravó por la estampida general en las tribunas y la trampa mortal de varias puertas cerradas. El saldo luctuoso, 237 muertos, conmovió al mundo.

El otro compromiso como visitante, frente a Millonarios, no llegó a jugarse porque el equipo de Bogotá se desafilió de la Federación Colombiana y perdió el reconocimiento de la Confederación Sudamericana.

El grupo 2 lo ganó Nacional, y el 3 fue para Colo Colo. El sorteo dejó como rivales en las semifinales a Independiente y Santos.


Segundo gol de Independiente al Santos, en Avellaneda. Mario Rodríguez termina una gran jugada de Bernao. Gilmar en el piso, Modesto en el último esfuerzo y ya sin chance Lima e Ismael

"Jugar contra el Santos no nos asustó. Sabíamos que era un equipo temible, aún sin Pelé, que estaba desgarrado, pero en la cancha siempre son once contra once, así de simple. Yo era un pibe y cuando me hablaban del Santos pensaba en unos negritos con camiseta blanca: tenía una moral tremenda" (Mura).

"Los jugadores de hoy en día se quejan porque juegan miércoles y domingo. Y para alguien que fue integrante de aquel Independiente eso suena a ridículo. Nosotros jugamos los dos campeonatos al mismo tiempo sin poner suplentes. No hay nada más lindo que jugar al fútbol, y es la mejor manera de mantenerse entrenado" (Suárez).

El partido de ida se jugó en el Maracaná de Río de Janeiro. El Santos ganaba 2-0 pero ese marcador duró apenas dos minutos: enseguida llegó el descuento de Independiente. Allí comenzó la reacción que culminó con la victoria más espectacular de los rojos en la Copa. Bernao empató sobre la hora del primer tiempo y Luis Suárez fue el héroe de la noche marcando el tercero cuando faltaba un minuto para terminar.

"Es el gol más importante de mi vida, por lo que significó para el equipo y porque ese día cumplía 26 años. Lo celebramos hasta la madrugada, con torta y velitas. Además, fue muy lindo: la llevamos en pared con Savoy y cuando salía Gilmar le di fuerte y abajo"(Suárez).

"Jugamos un gran partido y ese resultado a favor del Santos era muy injusto. Las mejores oportunidades de gol habían sido a favor nuestro. Mura anduvo muy bien, marcando y mordiendo en todas partes. Recuerdo que don Manuel nos dijo en el vestuario que el partido estaba para ganar si manteníamos la tranquilidad. Acevedo había jugado un gran primer tiempo, rompiendo el enlace de Zito, Peixinho y Almir en la mitad de la cancha, y como estaba cansado lo reemplazó por Mori, para 'hacer el esfuerzo final" (Maldonado).


González García agradece el agasajo. A su derecha, Maldonado y Fernández Schnorr.

"En la revancha nos alcanzaba el empate para clasificar, pero Independiente no sabía especular: salimos a ganar, a matar, como siempre" (Bernao).

"Esa noche anduvo una barbaridad Raúl (Bernao). Yo hice el primero después de una gran jugada que él trajo por la derecha: se vino cerrando, lo gambeteó a Gilmar y yo la empujé al gol de atropellada" (Mori).

"El segundo, que metí yo —estábamos empatando—, también vino por otra gran jugada de Bernao. Fue a buscar un saque lateral de Ferreiro y enfiló por la derecha hasta cerca de la línea del fondo. Era un wing fenomenal, grande sin verso. En menos de un metro gambeteó a Dalmo primero y a Joel después, y tiró un centro shot que superó la salida de Gilmar. Yo venía entrando por el poste izquierdo y la toqué al gol" (Rodríguez).

Nacional le había ganado a Colo Colo y se convertía en otro finalista de la Copa. El partido de ida debía jugarse en Montevideo y quedó en la historia roja como la noche que consagró a Pepé Santoro, reemplazante de Toriani.

"Entonces se dijo que fue por una lesión, pero en la intimidad del plantel sabíamos otra cosa. El mismo Toriani, que ahora vive en los Estados Unidos, y que era un muchacho fantástico, muy noble, nos venía diciendo a Giúdice, a Fernández Schnorr y a mí, que tenía algunas dificultades visuales en partidos nocturnos. Don Manuel lo veía muy bien a Santoro en los entrenamientos, tenía esa avidez de gloria de cualquier muchacho que a los 22 años todavía es suplente. Lo puso, atajó todo, y quedó como titular para siempre" (González García).

 Luego de obtener la Copa Libertadores de América el plantel de Independiente fue recibido en la Casa de Gobierno por el entonces presidente de la Nación, doctor Arturo Umberto Illia

Del archivo de El Gráfico, de la edición especial N° 8 aparecida el 15 de octubre de 1964, rescatamos una frase de Manuel Giúdice que redondea ese encuentro de ida con Nacional: "Jugamos mal, muy mal, es el primer punto de suerte que gana Independiente desde que yo lo dirijo".

La noche del 12 de agosto de 1964, un lleno total en Avellaneda, $ 14.248.950,- de recaudación, el arbitraje del paraguayo Dimas Larrosa y estos equipos.

El abrazo de Mura y Bernao y la pregunta obligada: ¨Raúl, ¿te pusieron un salvavidas en la cintura?¨

Independiente: Santoro; Ferreiro, Guzmán, Maldonado, Rolan; Prospiti, Acevedo; Bernao, Suárez, Rodríguez, Savoy. Nacional: Sosa; Ramos, Baeza, Eliseo Alvarez, Méndez; Emilio Alvarez, Douksas; Oyarbide, Jaburú, Domingo Pérez, Urruzmendi. Don Manuel había producido un cambio en la formación clásica de los rojos: Prospitti por Mura. Su explicación en nuestro archivo: "Teníamos que ganar y pensé que con el ingreso de Prospiti le creaba un problema nuevo a Nacional y, además, sumaba un hombre de gran shot a nuestra delantera".

En la mesa tendida por Los Dos Chinos aparecen las copas de champán para brindar por el título, por eso los recuerdos se van a centralizar en aquella noche, en esa victoria por 1-0 que sirvió para levantar la Copa Libertadores por primera vez, para Independiente y para el fútbol argentino.

"Fue el partido más difícil de toda la Copa, parejo, luchado, lo podía ganar cualquiera de los dos, pero para nosotros jugaba Mario Rodriguez, que en los momentos decisivos siempre decía presente" (Santoro).

"Yo lo viví desde afuera y terminé tan cansado como si hubiera corrido los noventa. Fue un partido chivo, de los que se jugaban por la Copa en esa época. Nadie regalaba nada y por eso no fue muy lindo técnicamente. Independiente había jugado mejor otras veces pero esa noche era mucho lo que estaba en juego y cada movimiento se pensaba muy bien" (Paflik).

"En el gol, Prospiti me puso un pase en profundidad, yo entré muy rápido y la pelota me quedó un poco atrás; entonces la enganché con el taco y la tiré para adelante, la acomodé con el muslo y le pegué fuerte y arriba. Lo grité con toda mi alma, me abracé con mis compañeros, pero en ese momento —iban 35 minutos— ninguno de nosotros pensaba en el titulo: todavía faltaba mucho para terminar el partido" (Rodríguez).


Cabezazo de Rodríguez y el gol al Inter por la Copa Intercontinental, en Avellaneda. Independiente ganó 1- 0 con este tanto que tuvo un desarrollo insólito. Sarti, el arquero, controló la pelota pero luego se le escapó y apenas cruzó la raya de sentencia.

La Copa Libertadores le dio a Independiente el derecho de enfrentarse con el Inter, el que dirigía Helenio Herrera, por la Copa Intercontinental. El encuentro de ida se jugó el 9 de setiembre de 1964 (el presidente Raúl Alfonsín dijo hace pocas noches en ese estadio que desde entonces no veía jugar a los rojos en vivo); ganó el local 1-0, y después perdió en el San Siro de Milán (2-0) y el desempate en Madrid (1-0). El equipo volvió sin la Copa, pero entre aplausos: su campaña había sido brillante.

Las vueltas de café van resumiendo los recuerdos de Maldonado.

"Ganamos mucho. . . No recuerdo exactamente la cantidad, pero era mucha plata. . . Me quedó grabada una cifra, no sé por qué: cuando pasamos de una ronda a la otra nos dieron 160.000 pesos a cada uno, y en ese entonces un obrero ganaba 8.000 por mes. Las vueltas de la vida nos fueron llevando por distintos lugares y cada uno sabe cómo invirtió, si le queda algo o tiene más. Lo que todos tenemos bien guardado es el anillo que nos regaló el club cuando ganamos el título de la AFA de 1963, de oro y con una I roja grabada sobre relieve. Es el símbolo que nos sigue uniendo a medida que pasan los años. Por eso digo siempre: uno de los grandes orgullos de mi vida es haber sido el capitán de este equipo".

El Negro Rolan se acerca a Mario Rodríguez y le pregunta: "¿Qué está diciendo el viejo? Cuidalo que ya chochea". La risa invade de nuevo la mesa. Por un minuto el silencio para escuchar al capitán, después, volvemos a la inevitable y emocionante entrega de anécdotas, momentos, partidos, goles, jugadas. Otra vez como hace veinte años, como dice el tango: "Sentir que veinte años no es nada". Ahora nosotros tenemos que decir gracias, por este reencuentro, por esa noche que nos hizo revivir la Copa Libertadores de 1964. ¡Salud, muchachos! ¡Por siempre campeones!

Itinerario Triunfal
Grupo I
Mayo 31, en Avellaneda. INDEPENDIENTE 4, ALIANZA 0. Savoy, Rodríguez, Rolan, Suárez.
Junio 4, en Avellaneda (a). ALIANZA 2, INDEPENDIENTE 2. León (2), Savoy (2).
Junio 7, en Avellaneda (2). INDEPENDIENTE 5, MILLONARIOS 1. Bazilio, Suárez (2), Rodríguez (2), Savoy.
(a) Se jugó en cancha de Racing, local Alianza (Perú).

Semifinal
Julio 15, en Río de Janeiro. SANTOS 2, INDEPENDIENTE 3. Pepe, Peixinho, Rodríguez, Bernao, Suárez.
Julio 22, en Avellaneda. INDEPENDIENTE 2, SANTOS 1. Mori, Toninho, Ro-dríguez.

Final
Agosto 6, en Montevideo. NACIONAL 0, INDEPENDIENTE 0.
Agosto 12, en Avellaneda. INDEPENDIENTE 1, NACIONAL 0. Rodríguez.

Natalio Gorín y Jorge Barraza (1984)

Producción: Daniel Arcucci, Hugo Suerte, Diego Fucks y Juan Manuel García. 

Fotos: Oscar Mosteirin y archivo El Gráfico.

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