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Tercer empate consecutivo de Independiente, que cada vez le cuesta más hacer un gol. Esta vez, Gigliotti malogró un penal a poco de comenzar el partido ante Alianza Lima, que terminó 0 a 0.

No entra la pelota. Ni de penal, ni mano a mano frente al arquero, ni de cabeza. No la mete Gigliotti, ni Benítez, ni Rigoni o Albertengo.

¿Juega mal Independiente? Por momentos no. ¿Juega bien? Por momentos sí, pero no es un equipo. Es la suma de fuerzas e individuos. De arrestos solitarios que tienen más de empuje que de fútbol, que arrincona al rival, recupera rápido la pelota y resuelve mal casi todas las jugadas.

Esta noche, ante Alianza Lima, lo tuvo Gigliotti apenas comenzó el partido y desde los 12 pasos fue tan displicente que noqueó al equipo cuando se lo detuvo el arquero. Los peruanos se agradaron y convirtieron a Campaña en figura por un momento.

La segunda parte fue vibrante, intensa e imprecisa. Iba Tagliafico, empujaba Barco, aportaba Rigoni. Pero Benítez erra lo imposible, y nadie está fino en la definición. La bronca crece desde los cuatro costados del Estadio y sigue el empuje para un equipo que choca  contra sí mismo.

Habrá revancha en Lima dentro de mucho (el 31 de mayo se juega), quizás lo suficiente para que haya más rodaje y fútbol.

Emiliano Penelas

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