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Independiente podía ganarlo, pero sólo rescató un punto en su visita a Quilmes. Con un equipo muletto, el Rojo tuvo dominio de la pelota pero recién llegó con más fuerza cuando se estuvo abajo en el marcador. Rigoni, el gol del conjunto de Milito.


Gabriel Milito apostó a la rotación del equipo para visitar a Quilmes, y encima en el precalentamiento un problema lumbar deja a Germán Denis afuera del partido. El primer tiempo fue anodino, con muy poco fútbol y sobre todo peligro. El Rojo movía la pelota de lado a lado, pero no lograba ser contundente al terminar la jugada. Manejó la pelota, jugó en campo rival, tuvo paciencia. Le faltó resolver, y no pateó al arco.

En el segundo, a los 11 minutos Quilmes se encontró con el gol, tras una media vuelta de Cristian García, que tras pegar en una débil defensa de Damián Martínez, descoloca al arquero Gonzalo Rehak, que no tuvo responsabilidad en el gol y dejó una buena imagen en su debut.

Ahí llegaron los cambios, y sobre todo la mejor actitud de Independiente, que comenzó a llegar con mas peligro en los pies de Barco y Benítez, que hasta impactó un remate en el palo. Pasada la meda hora, Tagliafico, enorme, llega al fondo y pone el centro atrás para la llagada y el remate cruzado de Rigoni que sería el empate del Rojo.


La sensación final es que Independiente pudo quedarse con la victoria, pero eso es a esta altura otra historia.


Emiliano Penelas



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