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En el Rojo se viene un receso movido: se irán jugadores, otros serán vendidos o cedidos y quieren cuatro refuerzos.

Mientras Independiente deambula por las canchas y por la mitad de la tabla portando el cartel de decepción, los dirigentes están inmiscuidos en la conformación del plantel. El mercado de pases no lo tendrá como un actor de reparto al Rojo. El pronóstico anuncia jornadas inestables, con mucho movimiento. Serán varios los jugadores que deberán dejar el club. La necesidad de vender es imperiosa para una institución que arrastra un pasivo de $575 millones y que no consigue exportar a un jugador por una cifra suculenta desde hace varios años.

Tula y Vallés no seguirán. Al central se le termina el contrato y no le renovarán, mientras que el lateral se recuperó de la rotura de ligamentos que sufrió el 8 de octubre del año pasado y que obligó al Rojo a retenerlo hasta que completara el período de rehabilitación. Contemplando que en el próximo receso todos los clubes podrán incorporar dos jugadores, a Independiente se le abrirían dos cupos más por la partida de ambos defensores. Además, podrá traer aún más futbolistas si se consuma alguna venta, aunque no recibirá ningún cupo extra si cede a préstamo a algún integrante del plantel.

Hay una decisión que ya está tomada. Villalba, Trejo y Zárate no serán tenidos en cuenta y la idea de la CD es desprenderse de ellos. El caso de Báez aún es una incógnita. El paraguayo se reincorporó el miércoles tras haber estado a préstamo un año en Deportes Iquique de Chile y su situación será evaluada en los próximos días. Algunos refuerzos que desembarcaron este año también podrían partir. Independiente es dueño del 50% del pase de Claudio Aquino, que tiene contrato por tres años, y la idea, si no trasmite mayor compromiso, es buscarle algún club interesado para cederlo. Lo mismo ocurre con Graciani, quien llegó de Estudiantes a préstamo y tratarán de reubicarlo, al igual que a Valencia. Tanto el volante como el delantero tienen seis meses más de vínculo con el Rojo.

En cuanto al rubro de las ventas aún no hubo ofertas concretas, pero Stoke City, Palermo, Celta de Vigo, Atlético Mineiro y Flamengo están interesados en Mancuello. También hubo sondeos de Benfica y de algunos clubes de México por Cuesta (el Rojo compró el 50% de su pase en $4.100.000), y de Borussia Dortmund por Pisano. Palermo y otros dos equipos de Italia también están interesados en Albertengo, quien podría irse si la suma es, por demás, convincente. Por el Ruso Rodríguez no llegaron propuestas, pero saben que es un arquero al que siguen de cerca del exterior. Lucero es una apuesta y quieren que siga, pero si hay billete importante se irá. Hasta Almirón, quien contra racing se juega mucho, tiene tres ofrecimientos del futbol mexicano, donde su nombre se reposicionó por su estadía en Avellaneda. Eso sí, la CD tiene intenciones de comprar el 50% restante del pase de Riaño.

En cuanto a los refuerzos, la prioridad es traer un central, un volante por derecha, un enganche y un punta. ¿Nombres? Lisandro López, Goltz, Rigoni y Zelarayán. Algunos sueñan con Cambiassio y Forlán.

Alquilados
Hay varios jugadores que están a préstamo y por ahora no volverán. ¿Quiénes son? Ojeda (Gimnasia de Jujuy), Droopy Gómez (Quilmes), Herrera (Arsenal), Buter (Chacarita), Patricio Vidal (Unión La Calera), Monserrat (Crucero) y Marcelo Vidal (Olimpo).

Beto Tisinovich y Favio Verona

Hay más en el haber que en el debe...
La CD que comanda Hugo Moyano tuvo dos libros de pases. En el primero de ellos, con cambio de técnico a mitad de la pretemporada por la ida de Omar De Felippe, trajo lo que pudo por el tema económico y con pocos días para el inicio de la competencia. Las arcas rojas estaban totalmente arrasadas y el plantel del ascenso no superaba la mediocridad. Así y todo se la rebuscaron. De aquellos jugadores que llegaron hoy Cuesta es titular indiscutido, Méndez demostró en varios juegos su categoría y Riaño, a pesar de sus lesiones, cumplió. Lucero fue una apuesta y aún tiene crédito. Los otros no rindieron. En enero, entre la salida de Montenegro, los números se acomodaron y se gastaron casi 90 millones de pesos. Albertengo fue el refuerzo top y se cotizó más. El uruguayo Rodríguez, hasta la fractura, era una pieza clave. Toledo y Tagliafico, pretendidos por muchos, aún no se adaptaron a un grande, pero tienen calidad y valor de reventa. Victorino aportó, mientras que Graciani, Aquino y Valencia no cambian la ecuación. Por eso terminan jugando los que estaban en el club.

Beto Tisinovich
Olé, 18 de mayo de 2015

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