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Sufriendo, pero con personalidad, Independiente le ganó 3 a 2 a Newell's en Rosario con dos goles de Albertengo y uno del Ruso Rodríguez de penal. 

Matar o morir sigue siendo la consigna en Independiente, parece que no hay medias tintas. Cuando va para adelante es demoledor, y atrás sigue sufriendo algunos desajustes. Tras un gran primer tiempo, el Rojo supo aprovechar todos los errores y espacios que dejaba Newell's en defensa. Mancuello estaba atento, Pisano veloz y Albertengo preciso para apurar la marcha de mitad de cancha hacia adelante y vulnerar la última línea local.

El partido era rápido, se jugaba de área a área y fue el ex Rafaela quien apuntó los dos primeros goles del torneo para el Rojo, primero aprovechando un muy buen centro de Pisano, y luego definiendo de manera precisa ante la salida de Ustari.

Sin embargo, salió a jugar el segundo tiempo de otra manera, y en un par de minutos tiró por la borda todo lo bueno que había hecho cuando Tagliafico cometió un penal ingenuo que Maxi Rodríguez cambió por gol, y luego de que Rapallini no sancionara una falta sobre Lucero, de contra la Lepra impactó nuevamente y todo estaba como al principio.

Fueron minutos fatales para el equipo de Almirón, que pronto se recuperó con una entrada de Mancuello al área, Ustari lo bajó y el juez cobró penal. Fue el Ruso Rodríguez quien anotó el gol que sería definitorio, y el Rojo, que pudo sumar uno más, terminó cerrando una buena noche en Rosario.

Emiliano Penelas

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