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El volante de Independiente, por garra y empuje, volvió a ser lo mejor de Independiente en la pálida noche del Monumental. 

Ejemplo a seguir, Federico Mancuello es el estandarte de Independiente, pero no siempre sus compañeros se contagian de él, que cuando todo estaba perdido igual iba a buscar y pelearlas todas, cosiguió el descuento y corrió toda la media cancha con la pelota bajo el brazo como en el potrero para ponerla en el medio y pedir que vuelva a jugarse para ir a empatar.

Claro, la hazaña no puede ser de un solo hombre así como una golondrina no hace verano ni una flor la primavera, por lo que no tenemos once Mancuellos en estos momentos, y aún con un partido discreto el volante sabe marcar la diferencia con el resto. Ojalá sirva de ejemplo.

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