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Bajo un diluvio, y en un partido que tuvo de todo, Independiente derrotó por 5 a 3 a Quilmes e hilvanó la cuarta victoria consecutiva. Diego Rodriguez, de penal en dos ocasiones, Riaño, 2, y Mancuello, en el mejor gol del torneo, los tantos.

Este Independiente mata y muere a la vez. Sufre los partidos, no puede cerrarlos, pero va para adelante a veces inconscientemente, a veces con todo lo que tiene, a veces con lo que le alcanza. Esta noche de lluvia sobre Avellaneda, comenzó perdiéndolo por tirar mal el off side otra vez, como contra racing, y se complicó solo. Hasta que Echenique (de pésimo arbitraje) tras comerse un clarísimo penal, tuvo que marcar otro más grande que la cancha y llegó Diego Rodríguez para empatarlo.

En el segundo tiempo Almirón echó mano al banco para modificar nombres y esquema, y le dio resultados, a costo de perder dos variantes juntas. Pisano fue determinante en la remontada del equipo, y el Rojo lo dio vuelta otra vez por un penal cometido al ex Chacarita que convirtió el Ruso nuevamente, y luego por un remate de media distancia de Pisano que capturó en el rebote a lo goleador Claudio Riaño, otro de gran pie en la segunda parte.

Y cuando el partido se presentaba abierto para liquidarlo cómodamente, llegaron dos goles del Cervecero como baldazos de agua fría. Sin embargo, aún hubo tiempo para una reacción final, con Tula jugando de 9 porque no podía más con su hombro (y ya no quedaban cambios), Riaño volvió a anotar y en tiempo de descuento un jugadón del Rojo fue rematado por Federico Mancuello, en el que será uno de los mejores goles del torneo.

Independiente llegó a cuatro victorias al hilo, se ilusiona y la semana que viene visitará a River en el Monumental. Partidazo.

Emiliano Penelas

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