Hace una década nos dejaba el gran José Omar Pastoriza. Ganó nueve títulos con Independiente, cuatro como jugador y cinco como director técnico, incluyendo dos Copas Libertadores y una Intercontinental.
El Pato había nacido en Rosario el 23 de mayo de 1942. Pese a haber hecho inferiores en Central, debutó profesionalmente en Colón de Santa Fe y de allí pasó a racing, para darse cuenta, dos temporadas más tarde, que el corazón de Avellaneda latía en la Doble Visera.
Llegó a Independiente en 1966 y allí gana tres títulos locales (Nacional 1967 y Metropolitanos 70 y 71) y la Copa Libertadores 1972. Fue proclamado como el futbolista del año en 1971, y convocado a la Selección nacional, llegando a integrar el plantel que viajó al mundial Inglaterra 66. Permaneció en el Rojo siete años (66-72) para continuar luego su carrera en el Mónaco otros cuatro años, hasta retirarse del fútbol.
Al regresar al país en 1976 es Julio Grondona quien lo convoca para dirigir al Rojo, logrando en sus cinco etapas como entrenador igual cantidad de títulos: Nacional 77 y 78, Metropolitano 83, Copa Libertadores y Copa Intercontinental 1984.
Siendo técnico del Rojo lo sorprendió la muerte el 2 de agosto de 2004. Eduardo Sacheri le dedicó un emotivo recuerdo que recomendamos leer junto a las las cien preguntas que le hacía El Gráfico en 2002.
Llegó a Independiente en 1966 y allí gana tres títulos locales (Nacional 1967 y Metropolitanos 70 y 71) y la Copa Libertadores 1972. Fue proclamado como el futbolista del año en 1971, y convocado a la Selección nacional, llegando a integrar el plantel que viajó al mundial Inglaterra 66. Permaneció en el Rojo siete años (66-72) para continuar luego su carrera en el Mónaco otros cuatro años, hasta retirarse del fútbol.
Al regresar al país en 1976 es Julio Grondona quien lo convoca para dirigir al Rojo, logrando en sus cinco etapas como entrenador igual cantidad de títulos: Nacional 77 y 78, Metropolitano 83, Copa Libertadores y Copa Intercontinental 1984.
Siendo técnico del Rojo lo sorprendió la muerte el 2 de agosto de 2004. Eduardo Sacheri le dedicó un emotivo recuerdo que recomendamos leer junto a las las cien preguntas que le hacía El Gráfico en 2002.
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