Con goles de Martín Zapata, en el primer tiempo, y Francisco Pizzini, a dos minutos del final del partido, Independiente derrotó por 2 a 0 a Huracán y consiguió el ascenso a Primera luego de los peores 361 días de la historia Roja. Gran desahogo en La Plata.
No se puede analizar el partido de esta tarde sin tener en cuenta todo el año que vivió el hincha de Independiente, por primera vez condenado a jugar en el Nacional B, categoría que sufrió hasta el último minuto, o hasta los últimos dos, cuando a los 43 del segundo tiempo Pizzini condenó al Globo y por fin pudimos sentirnos tranquilos: el Rojo volvía a Primera.
Con muchísimo nervio de parte de los dos equipos, la primera etapa se jugó con algo más de fuerza por el lado del Globo, pero cuando Independiente lo emparejó a fuerza de ganarle el mediocampo, consiguió el gol por intermedio de Zapata, que capitalizó un rebote del arquero tras una buena jugada de Pisano, el mejor del Rojo hasta ese momento.
En la segunda parte los de Parque de los Patricios fueron a buscar el partido, el Rojo se replegó y la estrategia parecía ser jugarlo de contra. Tras pasajes de mucho sufrimiento, con la solidez de Diego Rodríguez y el ida y vuelta de Mancuello, más la eficacia mostrada por el juvenil Figal, Independiente sostenía bien los ataques de Huracán.
Hasta que sobre la hora una contra letal terminó con el segundo de Independiente, a través de Pizzini, y el desahogo se sintió fuerte en la colmada cabecera que ocuparon los Rojos en el Estadio Único de La Plata. Se terminó la pesadilla, que vengan tiempos mejores.
Emiliano Penelas
No se puede analizar el partido de esta tarde sin tener en cuenta todo el año que vivió el hincha de Independiente, por primera vez condenado a jugar en el Nacional B, categoría que sufrió hasta el último minuto, o hasta los últimos dos, cuando a los 43 del segundo tiempo Pizzini condenó al Globo y por fin pudimos sentirnos tranquilos: el Rojo volvía a Primera.
Con muchísimo nervio de parte de los dos equipos, la primera etapa se jugó con algo más de fuerza por el lado del Globo, pero cuando Independiente lo emparejó a fuerza de ganarle el mediocampo, consiguió el gol por intermedio de Zapata, que capitalizó un rebote del arquero tras una buena jugada de Pisano, el mejor del Rojo hasta ese momento.
En la segunda parte los de Parque de los Patricios fueron a buscar el partido, el Rojo se replegó y la estrategia parecía ser jugarlo de contra. Tras pasajes de mucho sufrimiento, con la solidez de Diego Rodríguez y el ida y vuelta de Mancuello, más la eficacia mostrada por el juvenil Figal, Independiente sostenía bien los ataques de Huracán.
Hasta que sobre la hora una contra letal terminó con el segundo de Independiente, a través de Pizzini, y el desahogo se sintió fuerte en la colmada cabecera que ocuparon los Rojos en el Estadio Único de La Plata. Se terminó la pesadilla, que vengan tiempos mejores.
Emiliano Penelas
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