El partido se moría e Independiente, que jugó con un hombre más 80 minutos, no encontraba la vuelta ante Huracán, hasta que apareció Samuel Cáceres y puso el gol del triunfo y el desahogo. ¡Ganamos después de 113 días!
Iban 43 minutos del segundo tiempo y los nervios dominaban a todos los hinchas de Independiente, que otra vez veían escaparse un partido sin que el Rojo pudiera hilvanar dos jugadas claras consecutivas, ni siquiera teniendo un hombre más que su rival, por la expulsión de Arano a los 9 minutos del primer tiempo por un planchazo descarado a Zapata.
Sin embargo, fue el ex Belgrano quien remató desde afuera del área tras un mal rechazo de la defensa del Globo, Pozo da un rebote al medio y Samuel Cáceres, el central que reaparecía hoy como titular luego de mucho tiempo, se encontró con la pelota y la mandó al fondo de la red. El grito ahogado de los dos protagonistas era el de todos los hinchas que veían en ese gesto un desahogo.
Porque en el análisis quedará que Independiente volvió a jugar mal, a no convencer, a sumar errores en todas sus líneas y a no poder superar a un rival en desventaja. Pero poco importaba, había que lograr la ansiada victoria que se negaba desde hacía 113 días. Ahora, quedará el tiempo del trabajo, aprovechar la tranquilidad de los tres puntos para concentrarse en pelear arriba y armar un equipo.
Emiliano Penelas
Iban 43 minutos del segundo tiempo y los nervios dominaban a todos los hinchas de Independiente, que otra vez veían escaparse un partido sin que el Rojo pudiera hilvanar dos jugadas claras consecutivas, ni siquiera teniendo un hombre más que su rival, por la expulsión de Arano a los 9 minutos del primer tiempo por un planchazo descarado a Zapata.
Sin embargo, fue el ex Belgrano quien remató desde afuera del área tras un mal rechazo de la defensa del Globo, Pozo da un rebote al medio y Samuel Cáceres, el central que reaparecía hoy como titular luego de mucho tiempo, se encontró con la pelota y la mandó al fondo de la red. El grito ahogado de los dos protagonistas era el de todos los hinchas que veían en ese gesto un desahogo.
Porque en el análisis quedará que Independiente volvió a jugar mal, a no convencer, a sumar errores en todas sus líneas y a no poder superar a un rival en desventaja. Pero poco importaba, había que lograr la ansiada victoria que se negaba desde hacía 113 días. Ahora, quedará el tiempo del trabajo, aprovechar la tranquilidad de los tres puntos para concentrarse en pelear arriba y armar un equipo.
Emiliano Penelas
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qué lástima!
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