Sin descollar, Cristian Menéndez y Federico Mancuello siguen siendo de lo más parejito en Independiente. Ante Aldosivi, el volante volvió al gol y el delantero fue el más activo en la delantera, y a quien cometieron el penal.
Empecemos por decir que Independiente no tiene en estos momentos un jugador que destaque demasiado. Y dicho esto, debemos señalar que en la mediocridad general que muestra el plantel Federico Mancuello, de lo mejorcito en Corrientes y autor de un gol ante Aldosivi, y Cristian Menéndez, a quien cometieron el penal contra el Tiburón y de un nivel aceptable en los tres partidos, son de lo más parejito.
El volante volvió a marcar apenas comenzado el partido, cuando definió con calidad un buen pase de Montenegro. Salió muy temprano en el segundo tiempo, y se sintió su ausencia.
Por el lado del delantero, mostró la movilidad que le habíamos visto en el debut y fue quien más insistió sobre la línea defensiva de los visitantes, molestando, peleando y luchando. A su favor está que no recibió ni una pelota clara, y que toda su lucha fue a puro tesón y garra.
Pudo tener su chance cuando encaraba solo frente al arquero y lo bajaron de atrás, cometiéndole el penal que sería el segundo gol de Independiente. En el segundo tiempo, sin Parra en la cancha y con el resto del equipo en franco declive, poco pudo hacer en soledad.
¡Razzotti al arco!
Empecemos por decir que Independiente no tiene en estos momentos un jugador que destaque demasiado. Y dicho esto, debemos señalar que en la mediocridad general que muestra el plantel Federico Mancuello, de lo mejorcito en Corrientes y autor de un gol ante Aldosivi, y Cristian Menéndez, a quien cometieron el penal contra el Tiburón y de un nivel aceptable en los tres partidos, son de lo más parejito.
El volante volvió a marcar apenas comenzado el partido, cuando definió con calidad un buen pase de Montenegro. Salió muy temprano en el segundo tiempo, y se sintió su ausencia.
Por el lado del delantero, mostró la movilidad que le habíamos visto en el debut y fue quien más insistió sobre la línea defensiva de los visitantes, molestando, peleando y luchando. A su favor está que no recibió ni una pelota clara, y que toda su lucha fue a puro tesón y garra.
Pudo tener su chance cuando encaraba solo frente al arquero y lo bajaron de atrás, cometiéndole el penal que sería el segundo gol de Independiente. En el segundo tiempo, sin Parra en la cancha y con el resto del equipo en franco declive, poco pudo hacer en soledad.
¡Razzotti al arco!
Publicar un comentario
Publicar un comentario