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El juez fue blanco de todas las críticas. Tuvo una particular visión sobre las infracciones de Independiente y Quilmes, y terminó levntando la temperatura del caldeado público del Rojo.


Germán Delfino, quien no tiene un buen historial dirigiendo a Independiente, fue determinante esta noche en las expulsiones del entrenador Américo Gallego, por protestar por faltas no cobradas, pero también en la expulsión del juvenil Martín Benítez, quien había ingresado hacía pocos minutos y tras recibir un fuerte choque en el área reaccionó con cierta vehemencia ante el defensor Cervecero. Para el juez fue roja directa, y desde todos los sectores de la cancha se vio como una determinación exagerada, y que hubiera sido suficiente con una amarilla.

También se le reclamó al árbitro una mano en el área de Quilmes. Delfino hizo el gesto de aceptar el impacto, aunque lo determinó como casual.

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