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A una semana de la derrota en Estados Unidos, que nos preocupaba para el partido de hoy, volvermos a señalar que ahora sólo quedan otros siete días (viaje y jet lag de por medio) para disputar la Recopa.

Hace una semana, tras la floja imagen que había dejado Independiente en su último partido de Pretemporada ante Portland Timbers, decíamos que nos preocupaba el nivel futbolístico del Rojo, a sólo siete días de disputar el primer partido en serio de la Temporada, ni más ni menos que la posibilidad de conquistar la 17º diadema internacional para el Rey de Copas.

Hoy, lamentando el madrugón con derrota ante el Jubilo Iwata, nos cuesta pensar hacia adelante y pensar que faltan sólo otros siete días para jugar el partido de ida ante Internacional de Porto Alegre, por la Recopa, sin dudas un rival muchísimo más fuerte que el equipo japonés, en una competencia que además obligará a jugar la revancha en Brasil.

Y luego del pobre desempeño de esta noche en Japón, mañanita argentina, con un extenuante viaje de regreso de casi 30 horas y el jet lag acumulado desde el otro lado del mundo, pensamos qué difícil será el choque del próximo miércoles en el Libertadores de América, cuántos dolores de cabeza para el cuerpo técnico, y también para recuperar un equipo maltrecho desde lo físico.

Sin dudas, lo primero será regenerar los músculos y piernas de los que actuaron en Japón. Luego, repasar los golpeados y recuperar soldados. Y por último, templar el ánimo. Pero además, será necesario un planteo más audaz, acorde a la historia de Independiente, salir a ganar abandonando los posicionamientos timoratos, las medias tintas, sabiendo que esta vez el rival es mucho más duro aún, pero no invencible.

Emiliano Penelas

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