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Independiente jugó el mejor partido del año ante Godoy Cruz. Con buen manejo de pelota, le ganó el medio al conjunto mendocino y lo superó con claridad 3 a 0 con goles de Iván Pérez (la figura del partido), Fredes y Núñez.


Hacía tiempo que no se veía una actuación tan sólida de Independiente en lo que hace al juego colectivo, el manejo de pelota en el mediocampo y la rapidez para tocar de tres cuartos de cancha hacia adelante.

Si bien la actuación ante Peñarol por la primera fecha de la Libertadores había sido de lujo, sólo fue de a ratos. En esta ocasión, el Rojo incluso llegó a jugar mejor en el primer tiempo, e hizo los goles en el segundo, cuando le sumó efectividad al jogo bonito.

Las claves pasaron por una defensa sólida comandada como siempre por Eduardo Tuzzio, pero sobre todo por un mediocampo que se adueñó de todo lo que ocurría en la cancha. Iván Pérez, destacadísimo en la creación y dando una mano en la recuperación, encontró su socio ideal en el Patito Rodríguez y en algunos chispazos de Lucas Villafáñez. Además, una gran actuación de Hernán Fredes y la soltura que mostró Cristian Pellerano a la hora de adueñarse del centro, mordiendo siempre y tocando justo.



En la segunda parte, con el ingreso de Leonel Núñez el equipo ganó el peso ofensivo que le estaba faltando (Parra pareció el único fuera de tono con el resto de sus compañeros). Walter Busse, por otra parte, agregó su toque de distinción en el gol del Gordo, que coronó el partido.

El triunfo, segundo consecutivo para una racha de siete sin perder, sumando Copa y campeonato, brinda ánimos para jugar la semana que viene el clásico de Avellaneda, e ilusionarse con prenderse en los primeros puestos del Clausura.

Emiliano Penelas

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