Lejos de los "25 puntos y la Copa", Independiente se debate ahora en una lucha por no entrar en zona de Promoción en el torneo local, situación que lo obliga a resignar chances en la Libertadores.
Independiente entró en una gravísima crisis con el promedio, que se veía gestar desde el torneo pasado y de la que sólo puede respirar un poco gracias al colchón de puntos conseguidos por Américo Gallego en la temporada 2009/2010.
El Rojo no gana desde la 10º fecha del último torneo, y eso es preocupante para cualquier equipo. Sin conseguir los resultados a nivel local, el Turco y el plantel deben rever los objetivos del año, que incluían según el propio DT, lograr 25 puntos y la Copa.
Cada vez más lejos de esa quimera de sumar en el campeonato, la Libertadores, amor de todos los hinchas Rojos, parece ser entonces el punto a resignar, bajo el peligro de tener cada vez más cerca la zona de Promoción.
Con Quilmes complicadísimo con el descenso directo, Gimnasia en situación similar, los rivales a observar parecen ser Huracán (a 9 puntos del conjunto de Mohamed), Olimpo (uno que divide distinto y se hace fuerte en Bahía Blanca) y por supuesto el andar de River (suma los mismos que Independiente) y Tigre (lo superó por tres).
Pero más allá de observar a los rivales, Independiente debe preocuparse por su propio juego. Si la media será el partido contra River o Arsenal, estamos en el horno, literalmente. Porque se vio un equipo sin ánimo, sin convicciones, fuera de órbita respecto a lo que se estaba jugando.
Si por esas casualidades aparece el conjunto que se impuso a Peñarol en la Copa, entonces no debería haber dudas de que salvarse de todo sería tarea sencilla. Pero lamentablemente, en el trajín diario el encuentro ante el Manya parece un oasis difícil de repetir.
Emiliano Penelas
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