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Luego de la pálida imagen que se vio en Liniers, lo del lunes fue un mimo del Rojo hacia su gente. Falta muchísimo, y se vienen partidos claves para confirmar la mejoría.

No podemos decir que Independiente se haya curado del pasmoso debut ante Vélez, el cual se quedó corto con el resultado. Sí estamos en condiciones de coincidir con Daniel Garnero y el resto de los muchachos que la actitud de local frente a Argentinos Jrs. fue bien distinta y que siempre se agradece.

De hecho, como dijimos en el comentario del partido, si el lunes debía haber un ganador ese era el Rojo, que hizo el gasto en el segundo tiempo, aunque no tuvo precisión al momento de liquidar el partido. Sin dudas el técnico hará hincapié en esa falencia, pero también es cierto que sin delanteros la cosa se complica.

El rival de la otra noche, en baja y todo, sigue sosteniendo parte de la base de jugadores que dieron la vuelta con Borghi hace pocos meses, y sirve como medida en cuanto será el rival del Rojo en la primera fase de la Copa Sudamericana que se disputará a fin de mes.

Sin embargo, volviendo al torneo local, un punto sobre seis jugados es una magra cosecha. El próximo encuentro ante River será otra vara que el conjunto de Garnero deberá superar para demostrarle nuevamente al hincha si puede ilusionarse o no. Si bien el Monumental es para nosotros un duro escollo, al Rojo no le quedará otra que ganarle a los de Cappa si no quiere perder el tren del Apertura. Ahí recién sabremos si podemos o no ilusionarnos con más.

Emiliano Penelas

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