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Sufriendo como locos, fue precisamente Abreu el encargado de marcar el último penal de la serie que clasificó a Uruguay a semifinales. A los 120' del suplementario Gyan marró el penal que le daba la victoria a Ghana. Cachavacha, el gol Charrúa.
Un partido dramático. A los 46' del primer tiempo Muntari puso el 1-0 para Ghana y se iba a vestuarios con un baldazo para Uruguay. Forlán, en el segundo tiempo, puso las cosas en orden e igualó para la Celeste. Luego, el suplicio hasta los 90, y el tiempo suplementario.
Y allí lo increíble. El empate parecía consumado pero el árbitro marcó un tiro libre en tres cuartos de cancha para los africanos. El centro derivó en un peloteo en el área chica, dos veces la pelota salió de la línea, pero la segunda fue con la mano de Luis Suárez. Roja y afuera para el goleador Celeste, y penal para Ghana, sin más tiempo que jugar.
Minuto 120 y algunos segundos más: Gyan, el máximo artillero ghanés frente a la pelota. Muslera, enfrente. Y el delantero estrella su tiro en el travesaño. A la serie de penales.
Allí, otra vez el joven golero se convirtió en figura, atajando dos tiros decisivos. Y allí apareció el Loco Abreu con su frialdad y locura, valga la redundancia, para picar el tiro y poner por primera vez en 40 años a la Celeste en una semifinal del Mundial. ¡Uruguay, nomás!

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