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La FIFA no modifica las reglas para mantener su poder, aunque por primera vez Blatter apoyó el uso de cámaras en los arcos.

La International Board es una "perfecta excusa" de Joseph Blatter, presidente de la FIFA, para vetar el uso de la tecnología y mantener su poder dentro del fútbol. La opinión, expresada a ANSA por uno de los mayores analistas de los Mundiales, que pidió reserva de su nombre por su cercanía con la FIFA, refleja el sentir del mundo del fútbol tras los escándalos que azotaron a Sudáfrica 2010.

Blatter debió admitir en las últimas horas a la cadena CNN su aprobación al uso futuro de cámaras que permitan definir si un balón cruzó o no la línea de gol, un debate de medio siglo si se recuerda el tanto de Geoffrey Hurst en la final del Mundial 66. Joao Havelange, presidente de la FIFA de 1974 a 1998, fue duro enemigo del uso de la tecnología. "El error humano es la sal del fútbol", dijo más de una vez.

Blatter, su sucesor, mantuvo la posición, aunque las polémicas inevitables sucedidas luego de cada jugada dudosa lo obligaron a experimentar con microcámaras que precisaran si el balón cruzaba o no la línea de gol. La prueba fue sólo una prueba. "He visto el mayor escándalo de corrupción en la historia del deporte, a la vista de todos, y lo más increíble es que todo sigue igual", escribió Garry Kasparov, ex campeón mundial de ajedrez, en el diario El País, de España. Corea del Sur había avanzado a semifinales del Mundial 2002, que organizó en forma conjunta con Japón, gracias a clamorosos fallos arbitrales ante potencias como Italia y España.

La International Board, es cierto, impidió hace unos meses el uso de la tecnología. "Pero Blatter se esconde detrás de ello. Si él quisiera, como ya hizo en otros temas, la FIFA impondría su posición", dice a ANSA un especialista del tema. La teoría es que, de ese modo, controlando primero las designaciones arbitrales y luego influyendo sobre algunos de los jueces, la FIFA controla su poder político. Es un control que compite ahora con el de las mafias de las apuestas clandestinas, que han corrompido a ligas europeas y, según el libro The Fix (El arreglo) del periodista canadiense Declan Hill, han llegado ya a las copas mundiales. Darle la decisión de jugadas polémicas a la TV sería ceder poder a los dueños de las grandes cadenas, como Rupert Murdoch, Silvio Berlusconi o la familia Marinho, de la brasileña Globo, muchos de ellos implicados ya dentro del negocio del fútbol.

Sin embargo, dirigentes de la FIFA consultados por ANSA ofrecen una respuesta categórica a las sospechas: Sudáfrica 2010 perdió en primera rueda al campeón y al subcampeón del Mundial anterior (Italia y Francia), a la selección anfitriona, a la mayoría de las africanas y a la de Suiza, país de Blatter. ¿Acaso no fue Estados Unidos, cuna de eventuales grandes negocios futuros del fútbol, una de las selecciones más perjudicadas con errores arbitrales en la primera rueda? El fútbol, se sabe, tiene sus propias reglas y Estados Unidos es un recién arribado a la jungla. Un viejo cronista recordaba que vio con sus propios ojos a delegados mexicanos que celebraban la asignación a su país de la sede del Mundial de 1986 cuando todavía Henry Kissinger cumplía su turno de presentación de la postulación de Estados Unidos.

"En la geopolítica del fútbol, el Estados Unidos de las canchas es Brasil", escribió una vez el especialista francés Pascal Boniface. Errores arbitrales que favorecieron justamente a Brasil y la Argentina en Sudáfrica suscitaron algunas sospechas en la prensa europea, que menciona los nombres de Ricardo Teixeira, posible presidente de la FIFA en 2015, y Julio Grondona, vicepresidente senior. Mientras el negocio de los Mundiales multiplica sus ganancias y llega a facturaciones récord, la FIFA de Blatter dice que todo está en manos de la International Board, la única entidad que puede cambiar las reglas del fútbol.

Una broma simboliza la lenta capacidad de reacción de la International Board, al contar que dos de sus distinguidos miembros juegan al señalar las marcas de los automóviles que pasan por la ruta. Pasa raudo un automóvil. "Es un Mercedes", dice el primero. "No, era un Ford", lo corrige el segundo, pero media hora después.

Dunga, en contra, habla de desempleo
En lugar de mostrarse en favor de los cambios tecnológicos que procuren clarificar, por ejemplo, si una pelota entró o no en el arco, Dunga, entrenador de la selección brasileña, prefirió destacar el aumento del desempleo que generará su uso: "El fútbol es polémica, debate. Si todo es perfecto, no habrá nada que discutir. Ustedes (los periodistas) perderán el trabajo porque no tendrán sobre qué polemizar, y nosotros tendremos que ir a casa porque nada habrá para mejorar", graficó el entrenador del equipo brasileño al ser consultado sobre la introducción de avances tecnológicos en el fútbol.

Sergio Romero: "el fútbol es para vivos"
El arquero argentino se mostró contrario a la introducción de ayudas para los árbitros. "El fútbol se juega con viveza y es para un hombre que está despierto. Si le ponés tecnología o un chip, le sacás la viveza. Y el fútbol es para vivos, no para la tecnología."

Nadal y Federer están en favor del cambio
"Estoy en favor de que los árbitros utilicen la tecnología. Hay que buscar la forma correcta de hacerlo", señaló el español Rafael Nadal, número 1 del ranking mundial. En la misma sintonía se manifestó el suizo Roger Federer: "Nosotros tenemos el «ojo de águila» cuando lo necesitamos. Los futbolistas no tienen nada, y lo precisan".

El alemán Klose apoya las ayudas a los árbitros
"Si existe la posibilidad de recurrir a la técnica con el chip en el balón o la cámara de gol, entonces se debería hacer algo. La imagen por televisión debería ser una ayuda, al menos en la concesión de goles. En el hockey sobre hielo y el fútbol americano es habitual, ¿por qué no en el fútbol?", se preguntó el goleador de la selección alemana, próximo rival de la Argentina.

Ezequiel Fernández Moores
Diario La Nación, martes 28 de junio de 2010

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