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A Daniel Garnero no lo asustan suceder a Gallego ni la sombra de Menotti. Dice que consultará al Flaco "como a una biblioteca" y que César "tiene en claro sus límites".

- ¿Estás preparado para el reto?
- Sé que estoy atado a los resultados. Conozco la historia del club, y que la gente se quedó con la sangre en el ojo por cómo se perdieron los últimos dos torneos. Hay entusiasmo e ilusión. Ahora hay que repetir y mejorar lo que se hizo bien, y corregir lo que no.

- En 2004 no quisiste ser técnico. ¿Por qué hoy sí?
- Dije que no creyendo que era lo mejor para el club.Hoy soy otro. Haber acompañado a Burruchaga me hizo ver la profesión de otra forma, pude armar mi grupo de trabajo y dirigir a Arsenal, que tiene menos exigencia pero venía de ganar la Sudamericana. Dije que sí porque cambié yo, y cambió el club, y para bien.

- No llegás tras un fracaso. ¿Eso es mejor o peor?
- Es mejor tratar de sostener, aunque sea un poco más difícil, porque cuando estás en el fondo es fácil progresar. No se olviden de que yo agarré la 10 de Bochini cuando él se retiró, y con lo que eso significaba, y lo asumí con normalidad, si bien tuve mis vaivenes. En Arsenal llegué después de Alfaro, que ganó la Sudamericana, con lo que significa un título internacional en un club chico. Estoy relacionado con agarrar esas varas altas. Es mucho mejor esta realidad. La gente está más exigente, con la ansiedad y las ganas de campeonar. Pero acá siempre supe que había que salir campeón.

- ¿Cómo es la fantasía del día del debut acá?
- Y, cuando entre a la cancha va a ser bravo. Ahora entramos, vimos qué lindo está todo, pero el primer día puede llegar a ser emocionalmente muy fuerte. Espero irme contento de acá, no sólo llegar contento.

- Hablaste bien del Tolo. ¿Qué fue lo que más te gustó de su equipo?
- Cómo fue a buscar en todos lados y la forma de atacar, que con distintas variantes fue siempre para adelante. Es lo que trataré de sostener. Para mi gusto tenés que buscar un equilibrio. Independiente fue un equipo muy generoso en ataque y a veces se descompensaba, entonces vamos a tener mucho trabajo ahí. Lo importante es ponerte en ventaja, decidir qué hacer con la pelota, cuándo atacar, tenerla. Lo importante es el resultado, pero la mejor manera de obtenerlo es intentando jugar, y la mejor manera de defenderse es con la pelota. Hay que buscar equilibrio, jugar en el campo rival, lo que no significa que lo tengas que atacar todo el tiempo o patear al arco cada 30 segundos. Cuando tenés la pelota el rival se desespera, la gente grita y con dos "oooole" ya te tiran una patada.

- ¿Sos de hablar mucho con los jugadores?
- Sí, obvio, con el respeto y la distancia que corresponden, me gusta llegarle y hablarle del juego constantemente. Y no hace falta ser autoritario para marcar límites.

- Sos el primer técnico que elige Menotti manager...
- Le dije: "¿Justo a mí me viene a elegir? Arrancó mal, César, je". Soy un convencido de que la exigencia y la presión se pueden transformar en motivación. ¿Qué más que volver a mi casa con el respaldo del Flaco? Ni que lo hubiese soñado, así, tan perfecto. Estoy ante una gran posibilidad, convencido de que vamos a poder formar un gran plantel y también un gran equipo.

- ¿Imaginás la relación manager-técnico como la que tenían técnico y jugador?
- Mejor. El Flaco va a ser una biblioteca. Cuando tenés dudas de algo vas a buscar un libro que te solucione las ideas. Y él será eso. Es una de las personas con más fútbol del país. Se sienta a comer con el presidente del Real Madrid y habla con Guardiola como conmigo.

Facundo De Palma y María Laura Balonga
Diario Olé, domingo 30 de mayo de 2010

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