Embichados

Independiente le ganaba con lo justo a un Argentinos que había sido superior en la primera etapa, pero en la segunda se limitó a cuidar el punto. Sin embargo, sobre la hora, el Bicho llegó al empate y dejó un sabor amargo en la gente del Rojo.

Cuánto duele perder en la última bola de la noche. Aunque no se hayan hecho bien las cosas, aunque pareciera que nada de lo hecho en este partido daba como merecida la victoria al Rojo, igual se siente como una derrota cuando te empatan sobre la hora.

En un primer tiempo desdibujado y flojo, Independiente fue una sombra del equipo que jugó los clásicos, y ni siquiera fue el aguerrido y peleador de las fechas peleadas. El Rojo tuvo una noche parecida a las pálidas contra Arsenal o Chacarita, y Argentinos fue más.

Una sola clara dispuso Independiente en esa mitad: un centro que Silvera pudo darle de cabeza pero muy sobre el cuerpo de Peric, sin cambiarle el palo, su palomita fue bien resuelta por el arquero. Lo demás fue todo del Bicho, que ordenado y gracias a la combinación Mercier-Ortigoza-Hauche llegó a complicar bastante a la defensa Roja.

Tiro libre de Leonel Núñez, en la segunda etapa
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En la segunda parte Independiente se puso la ropa de favorito y empujado por su gente fue a buscar el partido. Con la victoria el Rojo no sólo preocupaba a los de arriba sino que se ilusionaba con un lugar en la Copa Libertadores. Argentinos, lejos de toda pelea, se empezó a conformar con el punto y a juntar sus líneas en el fondo.

De a poco, por tosudez, Gómez empezó a ser el más buscado de la cancha, el que podía abrir los espacios, el que hostigaba por el lateral. Galeano, enorme en el fondo junto a Matheu, también empujaba y Busse iba sin claridad pero con velocidad, sostenido por una buena tarea de Acevedo.

De pronto se abrió la cancha para que el Pelado llegue a tirar el centro atrás, el arquero alcanza a manotear débil y le queda a Gandín que la puso entre piernas y cabezas junto a un palo, y gritó el primero de la noche. Faltaban diez minutos y el Rojo lo tenía controlado. Gallego iba a disponer el ingreso de Federico González pero frenó el cambio y prefirió sacar a Silvera y poner a Vittor para defender el triunfo.

Sin embargo, las cosas no salieron como estaban previstas. El recién ingresado cometió una infracción en tres cuartos de cancha y una serie de infortunios defensivos le da el empate al Bicho en su única llegada del segundo tiempo. Iban 44', Acevedo quiere saltar y resbala, dejando a Prósperi cabecear solo abajo junto al palo de Gabbarini, quien no tuvo una buena respuesta. El empate fue un baldazo helado, y el fin de la temporada. A pensar en el 2010.

Emiliano Penelas