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Independiente, que nunca pudo vencer a Godoy Cruz, cumplió un año sin ganar dos partidos consecutivos y fue superado ampliamente por un rival que pudo golearlo, como cada vez que el Rojo salió de Buenos Aires.


No hay caso, cuando la mano viene torcida todo parece estar en ese rumbo y no poder corregirse. Independiente jugó cuatro vecs contra los mendocinos y nunca pudo ganarles. Además, el Rojo cumplió un año sin poder obtener dos triunfos de forma consecutiva. Y por si esto fuera poco, salvo en el comienzo del segundo tiempo, Independiente se vio superado en todas las líneas por un conjunto más ordenado, que hizo bien las cosas y que lo complicó tocándole por abajo.

Gallego sorprendió con la formación, cambiando el esquema a un 4-4-2 y volviendo a poner al juvenil Fernando Godoy, en lugar de Leonel Núñez. A Gandín la cancha le quedó enorme, Montenegro no pudo hilvanar juego con nadie (recordemos que tampoco podía estar el Toti Ríos por acumulación de amarillas) y Machín era el llanero solitario en el mediocampo.

Con la defensa y Pusineri demasiado nerviosos (San Lucas se tuvo que ir reemplazado en el complemento porque era candidatazo a la roja), Godoy Cruz supo hacer su juego mostrándole la pelota a un Rojo indefenso, sin ideas y que parecía esperar que terminara esa etapa lo antes posible.

En la segunda mitad Gallego pareció volver al esquema anterior, con el ingreso de Leonel Núñez, que en los primeros minutos le aportó movilidad y algo de potencia al ataque, clavando un tremendo zapatazo en el travesaño desde casi 30 metros. Eso fue todo. A partir de ese momento el Rojo se volvió a pinchar, como si todo lo que tenía para dar ya había sido mostrado.

El Tomba siguió en su juego, al que le agregó una velocidad que los defensores del Rojo no podían asimilar. Esto, sumado a los nervios, hicieron que el equipo se fuera cargando de amarillas en defensa, cometiendo muchas faltas en tres cuartos de cancha por intermedio de Machín, Guillermo Rodríguez y Tuzzio. La última de esa seguidilla, a los 19', significó una amonestación para el rubio, y la apertura del marcador con un gran tiro libre de Fórmica, dejando sin nada que hacer a un Assmann que hasta el momento, con la solidez conocida, era el artífice del cero en el arco de Independiente.

Con el partido abierto, Independiente salió torpemente a buscarlo y se descuidó aun más en defensa. A los 31' Figueroa inicia una muy buena jugada, deja en el camino a Rodríguez y cuando queda mano a mano con Assmann es derribado desde atrás por Machín, que recibe la segunda amarilla. El penal lo convirtió Caruso, que sentenció lo que quedaba de juego.

Nada que hacer para Independiente, que vio tascurrir en los minutos que siguieron un toqueteo del equipo mendocino y algunas llegadas más que pudieron hacer aún peor la caída.

Emiliano Penelas

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