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Independiente goleó a Tigre y va por más ante Godoy Cruz. El equipo debe demostrar que lo ocurrido el sábado no fue un espejismo, sino que estamos ante una levantada futbolística que puede prolongarse en Mendoza.


El Rojo jugó el sábado un muy buen partido ante Tigre. Es cierto que se trató de un rival disminuido en su potencial debido a algunas ausencias claves, pero también lo es que Independiente solía perder incluso este tipo de encuentros, por lo que señalamos que el juego ante los de Cagna no dejaba de ser una prueba difícil.

Con tres actuaciones individuales descollantes como lo fueron la tarea de Leonel Ríos, Daniel Montenegro y Gastón Machín, el equipo mostró solvencia en defensa y contundencia en ataque. Hizo lo que debía hacer hace mucho tiempo: pasarse la pelota entre los del mismo color, jugar simple, a un toque, circular el balón y ser ordenado tácticamente.

Además, se vio un Independiente que trató siempre la pelota contra el piso, no se la bartoleó como en otros partidos, y generó interesantes duplas y asociaciones en las distintas líneas, que ojalá puedan seguir desempeñándose en ese nivel.

Sociedades como la de Leandro Gioda y Eduardo Tuzzio en el fondo, aportando seguridad en defensa, o la que establecieron Gastón Machín y Lucas Pusineri en la contención del mediocampo, permitieron anular los ataques del rival y ser prudentes a la hora de manejar el esférico. Además, del medio hacia arriba se pudo ver otra combinación de gran rendimiento, entre el Toti Ríos y el Rolfi Montenegro. Juntos hicieron que el Rojo volviera a jugar al fútbol.

Si lo que vimos el sábado fue sólo una brisa otoñal, un engaño visual, un espejismo futbolístico, está en el propio equipo la comprobación. El domingo se juega un partido difícil, no sólo porque Independiente nunca pudo ganarle a Godoy Cruz, sino porque además carga con la mochila de casi un año sin dos victorias consecutivas (y tres técnicos en el medio, Santoro, Borghi y Gallego) y un déficit de visitante bastante fulero, que se agrava cuando se juega en el interior del país.

Por si esto fuera poco, Ríos, en su mejor momento, ha llegado al límite de amonestaciones y no podrá estar frente a los mendocinos, que además venían cómodos con el promedio del descenso pero entraron en una racha negativa y están obligados a sumar de manera urgente. Gallego sabrá leer todo esto y sin dudas pensará un esquema que pueda verse favorecido ante un equipo que deba salir a buscar el encuentro.

Lo más importante será demostrarle al hincha de Independiente que la recuperación futbolística puede ser posible, y que lo visto ante Tigre no fue sólo una ilusión pasajera.

Emiliano Penelas

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