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El plantel de Independiente entrenó esta mañana en Villa Domínico. Gallego no hizo declaraciones ni habló con los jugadores. Para Montenegro, "hay que dejar pasar los momentos de calentura para que bajen los decibeles". Pusineri podría estar desgarrado.


El Rojo se entrenó esta mañana en el predio de Villa Domínico bajo la mirada y el silencio de Américo Rubén Gallego, quien después de las duras declaraciones realizadas al término de la goleada de Lanús prefirió guardar silencio ante los jugadores y la prensa.

Quienes sufrieron el 1-5 hicieron trabajos regenerativos, mientras que el resto realizó una práctica de fútbol formal.

Lucas Pusineri sufre un dolor en el isquiotibial izquierdo, por lo que se le realizarán estudios para determinar si se trata de un desgarro o no. En casi de confirmarse, estaría alejado de las canchas por lo menos tres semanas. De todas maneras, por haber llegado a la quinta amarilla, el volante se perderá el encuentro ante Huracán.

También trabajaron de manera diferenciada Eduardo Tuzzio e Ismael Sosa, quienes en los próximos días se reincorporarían a los ejercicios a la par del resto del plantel.

Quien sí habló en Radio La Red fue el Rolfi Montenegro, quien admitió que "hay que dejar pasar los momentos de calentura para que bajen los decibeles. Lo único que puedo decir es que a mí no me gusta perder ni 1 a 0 y que también lo sufrí, pero no soy de llorar".

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