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Pasó el festejo de carnaval, el triunfo en el clásico, el jolgorio de vencer una vez más a "los cosos de al lado". Pero a Independiente se le presentan dos compromisos muy duros para demostrar si ganarle a racing puede depararle un futuro promisorio.


Los días de carnaval acaban de pasar, fue justamente el fin de semana que pasó, y se prolongño hasta ayer, martes. En esos "cuatro días locos" que vivimos, disfrutamos a lo grande seguir con la costumbre de ganarle a racing. Ahora, para que la resaca no nos pegue, deberíamos enfrentar con la misma actitud y fortaleza el encuentro con Gimnasia en La Plata y Boca en Parque de los Patricios.

Lo dijo Pepé Santoro, lo señaló Pusineri, lo advirtió Montenegro. El entrenador y los dos referentes más importantes del plantel coincidieron en señalar que lo de racing fue lindo, pero no todo termina allí. Independiente sabe, los jugadores y el cuerpo técnico saben, que se logró algo muy importante en medio de unas semanas complicadas.

El equipo no arrancó bien el Clausura, y a las presiones del torneo anterior se sumaron las visitas de la hinchada, las molestias de la gente y el reclamo generalizado: hay que ganar el clásico. El Rojo cambió la actitud, fue a buscar el partido y se quedó con una victoria que le aportó más que tres puntos. El peso del encuentro se mide en una semana tranquila en donde poder trabajar en paz.


Sin embargo, si somos objetivos se le ganó al peor equipo del campeonato y uno de los candidatos a jugar la Promoción y pelear el descenso. Si el Rojo quiere ratificar lo hecho ante racing y continuar por la buena senda, las oportunidades se le presentan pronto, y aunque son desafíos importantes, hablamos de dos partidos que pueden ser medida para un plantel que aspire a pelear arriba.

Primero viene Gimnasia en La Plata, que será un rival muy bravo. El Lobo pelea por no descender. Comenzó el año en una posición muy mala y gracias al buen trabajo que viene realizando Madelón hoy se encuentra fortalecido y bien armado. Luego es el turno de Boca en el Ducó. Si bien en el torneo local no tuvo un buen comienzo, el equipo de Ischia no deja de tener uno de los mejores planteles del fútbol argentino, y el Rojo sabe lo importante que sería conseguir nuevamente tres puntos.

Para que el carnaval que vivimos estos días continúe no puede haber desconcentraciones. Independiente tiene que aprovechar el impulso conseguido en el clásico, y si los jugadores entienden que esa no fue una meta sino un punto de partida, los próximos encuentros nos harán saber para qué estamos.

Emiliano Penelas

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