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Independiente sigue peleando el "campeonato económico", como alguna vez dijo Comparada. Y si algunos creían que ya lo había ganado, sabemos que no es así. Todos los esfuerzos deben apuntar a ese torneo. Una vez que salgamos de ese laberinto, vendrán todas las demás copas.

Desde siempre los hinchas de Independiente sabemos que la vida de nuestra Institución no pasa sólo por la pelota ni por los once que cada domingo salen a la cancha a defender los colores. Valoramos la presencia del Club en otras áreas del deporte y también en facetas tan importantes como lo cultural y social, donde el Rojo siempre ha sido ejemplo a lo largo de sus ya 104 años de vida.

Sucede que en estos últimos tiempos nos empezamos a preocupar bastante por todo lo que hace al entorno del fútbol, incluyendo las tribunas construidas. Como todas las asociaciones civiles sin fines de lucro, el Rojo no está exento de las telarañas y encrucijadas de la actualidad económica mundial, de los vaivenes del dinero y de los hostigamientos externos, ya sean de la prensa, la justicia, el poder político o deportivo.

El Club Atlético Independiente está encarando una obra mancomunal en medio de un grave período de crisis, aunque siempre hay crisis en este país, por otra parte, y siempre parece que es más grande de lo que uno previó. Claro que eso no le da carta blanca a la dirigencia para que esa pantalla lo salve todo, pero cada vez que leamos una crítica, que nos pronunciemos en un sentido o sintamos que hay algo que podría ser de otra manera (y probablemente hasta cuando tengamos razón) deberemos tener en cuenta eso.

Independiente no son sólo los once que salen a la cancha, ya dijimos, aunque son esos once los que nos preocupan, y no somos tan necios como para pensar que alguien va a alentar a los ladrillos de la sede o a cortar la avenida Mitre si tenemos los mejores vestuarios. Es por eso que se reclaman refuerzos de jerarquía, que prestigien al Club y que nos ilusionen con campañas mejores que las del año pasado. Sin embargo, en el contexto en que estamos, debemos darnos cuenta de que el "campeonato económico", como alguna vez lo planteó Comparada, tovavía no está ganado, y aún falta mucho por jugar.

Las recientes disputas alrededor de los jugadores que pueden o no venir (ningún equipo se ha reforzado, aunque es cierto que el Rojo es el que lo necesita más que muchos) y el parate por las obras del Estadio (reconozcamos acá que la dirigencia actuó tarde, teniendo que salir a responder a las bombas antes que dar a conocer los problemas primero) debilitan la institucionalidad del Club y no son buenas para nadie.

Debemos apoyar a esta Comisión Directiva recién reelecta con un amplio porcentaje de los votos, darle la confianza que en las urnas se plasmó y al mismo tiempo exigirles el máximo de responsabilidad para salir de esta coyuntura sin exponerse a riesgo de debilitar sus figuras y la de Independiente.

Emiliano Penelas

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