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Un Independiente sin respuestas y sin jugar a nada, debió caer por goleada ante un Estudiantes que lo superó en todos los aspectos. Muy pobre en todas las líneas, el equipo de Santoro no da señales de mejoría, y desde el banco no llega aire. Todo muy oscuro.

La noche, cayendo sobre el bonito Estadio Ciudad de La Plata

No hay caso, no se entiende por qué todavía tanta gente quiere seguir yendo a ver a Independiente. Se entiende lo del sentimiento, la pasión y todo lo demás. De hecho, nosotros estuvimos ahí por eso que "no se puede explicar". Pero la lógica dice que es un equipo que daña la vista al verlo jugar, que no entiende el fútbol, que convierte el juego de la pelota en algo extremadamente difícil. Y como el ser humano trabaja permanentemente por contrastes, puesto al lado de Estudiantes lo del Rojo fue lamentable.

Debemos recordar que el Pincha jugó el miércoles con el Botafogo, en Brasil, por Copa Sudamericana, y aún así puso todos sus titulares contra el Diablo. Sin mediar rendimiento físico alguno, al contrario, Independiente sigue penando su estado atlético, el conjunto platense fue también demoledor en lo futbolístico y en lo anímico.

¿Por qué entonces sólo ganó 1 a 0? Porque la cantidad de chances desperdiciadas fue asombrosa, pero el "mereciómetro" indica que debió llevarse el partido al menos por tres goles. La defensa de Independiente, una invitación al ataque, jamás le encontró la vuelta a Mauro Boselli, una de las figuras de la cancha, ni a la Gata Fernández, uno que en algún momento estuvo a punto de ponerse la del Rojo....

En el mediocampo, de a ratos, el Toti Ríos parecía querer tomar la posta de la creación, pero se enredaba en sus propias fintas, en querer pasar por donde no se puede, en dar una bien y cinco mal. Lo de Montengro fue igual de pobre, y muy intermitente. Núñez jamás se sintió cómodo en la posición de nueve, y ayer más que nunca estuvo particularmente impreciso. Como si esto fuera poco, Patricio Rodríguez, obligado a marcar, se olvidó de jugar.

Y sin embargo, nadie en el Rojo encontró la forma de frenar a la Brujita Verón, ni a Marcos Angeleri o el Chapu Braña.

El Patito Rodríguez, atado a la marca, encaró y jugó poco

El gol -golazo, deberíamos decir- llegó por una jugada de toque y toque que finaliza en una asistencia de Fernández a Boselli, quien deja sin nada que hacer a Assmann. El arquero, solamente cumpliendo aceptablemente con su tarea, fue lo mejor de Independiente. Eso dice todo.

En ese primer tiempo el Pincha desperdició varias chances, otras tantas en el segundo (la más recordada, una tijera acrobática de Boselli que dio en el travesaño) y el Rojo sólo cuenta con algún tiro lejano de Montenegro, un cabezazo del Rolfi que pasó cerca y algún intento lejano y fallido de Núñez.

Todo muy pobre en este equipo que sigue sin encontrar el rumbo. hundiéndose cada vez más en lo oscuro.

Emiliano Penelas

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Dani Navedo dijo... 9 de noviembre de 2008, 10:30 a.m.

El caso sería que si hubierais sacado al menos un empate, el mal habría sido menor, porque lo importante a veces es sumar como sea.

Ahora, a apoyar al equipo y recuperarse.

Un saludo!!

El fútbol es injusto

La Caldera del Diablo dijo... 9 de noviembre de 2008, 3:36 p.m.

La verdad que por la cantidad de situaciones desperdiciadas por Estudiantes se hubieran merecido que les empatemos el partido, pero ni jugando 120 minutos más hacíamos un gol.
Saludos

Emiliano

Artalexis dijo... 10 de noviembre de 2008, 12:21 p.m.

De seguir asi nos estamos arrimando mucho a la imagen de Racing pero ojo no al Racing de ahora al de 7 fechas atras cuando perdia con cualquiera y lo peor de todo sin idea de juego de ningun tipo....