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El técnico de Independiente admitió que ninguna de sus cinco experiencias anteriores al frente del Rojo habían sido tan complicadas como ésta. Pide tiempo, y paciencia.


"El anhelo de siempre es ganar, jugando en casa es casi una obligación. Creamos situaciones, no las convertimos... Cuando las cosas no se dan, se complican. De todas las veces que agarré el equipo, esta etapa es la más difícil. Uno sabía del riesgo, pero también del desafío. Me siento fuerte, aunque el andar del equipo en los últimos partidos me obliga a estar pensativo", fue lo primero que señaló Miguel Ángel Santoro en la conferencia de prensa posterior al empate con Godoy Cruz, en Avellaneda.

El técnico del Rojo, además, pidió un poco de paciencia a la gente, que hostigó al equipo al finalizar el partido. "Para levantar esta situación se necesita tiempo de trabajo. El hincha debe tener un poquito de paciencia. Es un equipo que venía golpeado y sabíamos que el cansancio iba a aparecer. Basta con observar el nivel de algunos jugadores que se destacan por su técnica, parece imposible verlos tan torpes. Es producto del cansancio."

Por último, refiriéndose al tema físico y puntualmente a Lucas Pusineri, Pepé dijo que el volante "no estaba en su rendimiento" y que "en el medio necesitás alguien con mayor desenvoltura".

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