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Independiente no fue claro en Rosario, pero la suerte le jugó a favor. Había comenzado perdiendo casi desde el vestuario, pero cambió la corriente y en dos turbulencias pescó los goles: Ledesma, cerca del final del primer tiempo, y el Toti Ríos, a los 46' del ST, le dieron la esperada victoria.

Ledesma, luego de meter el primer gol del Rojo, no se lo grita a su ex club

Luego de cinco partidos sin ganar llegó el bálsamo de la victoria, y nuevamente en la provincia de Santa Fe, donde había sido, frente a Colón, los últimos tres puntos cosechados por el equipo de Santoro.

Esta vez en Rosario Independiente no es que haya cambiado demasiado respecto a lo que vimos en otros partidos, pero debemos decir que algo mejoró, sobre todo en la parte final del primer tiempo, y parte del complemento, donde a pesar de no ser claro dominador tampoco pasó fuertes sofocones.

Y cobró algo de lo que padeció todo el torneo: esta vez facturó dos veces sobre la hora. En el primer tiempo fue Damián Ledesma, a los 43, en el segundo, a los 46', Leonel Ríos quienes anotaron los tantos del Rojo para volver de Rosario con una sonrisa.

Sin embargo, lo dicho, el equipo no fue un justo vencedor. En la primera mitad fueron los Canallas los que tuvieron las mejores situaciones y no supieron ampliar el marcador por errores al momento de la definición y por mérito de Assmann.

A los 10 minutos, cuando recién se acomodaban las cosas, el gran delantero que está surgiendo en Central Milton Caraglio, puso un golazo de cabeza tras el centro de Gervasio Núñez. Allí no hubo nada que hacer para el arquero del Rojo ante la inacción de los defensores.

Durante esos primeros minutos el equipo rosarino se dedicó a aprovechar los errores que se cometían en el fondo, sobre todo por los laterales. Quien más sacaba provecho de eso era el Equi González, que asistía y abría el juego. Caraglio, que poco a poco se transformaría en figura, tuvo varias chances claras frente al arquero de Independiente.

Caraglio escapa a la marca de Caracoche

Sin embargo, el local pareció cansarse y el Rojo empezó a tener un poco más la pelota, llegar algo pero siempre, como en el resto del campeonato, desde lejos. Un remate de Montenegro, algún que otro empuje de Pusineri, no mucho. De pronto, un corner ganado desde la derecha, casi llegando al final de la etapa, Ríos la manda al corazón del área y Ledesma, sólo, puso un frentazo limpio a la red de su ex equipo.

El segundo tiempo fue más o menos como el primero, con Central atacando más y siendo dominador del juego, el juvenil Caraglio, de sólo 19 años, creando peligro a la defensa de Independiente, y Montenegro rematando desde Escocia, siempre cerca, preocupando un poco a Broun. El Rolfi, a pesar de su semanita de viajes, fue de la figura del Rojo por insistencia y por ceder la pelota bien, redonda y al pie.

Si bien el empate dejaba gusto a poco para los dos conjuntos que deambulan por el fondo de la tabla, ninguno arriesgaba demasiado para llevarse los tres puntos, y menos Independiente. Hasta que un minuto después del tiempo reglamentario el Toti Ríos, luego de una asistencia del Rolfi, le pegó -cuando no en este Rojo que apela solo a los bombazos- desde afuera del área y su zapatazo "se durmió en el ángulo", como diría algún viejo relator. Ganancia de pescadores.

Así, casi sin querer, Independiente sacó tres puntos de nuevo. Parece mentira, pero es real. Ojalá sirva el envión anímico para mejorar el juego y seguir ganando.

Emiliano Penelas

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Tiago Araújo dijo... 23 de noviembre de 2008, 5:09 p.m.

Mui bueno est post.

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