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Independiente perdió sin demasiadas objeciones en Rosario. El partido fue de ida y vuelta en la primera parte, aunque en el complemento se volvieron a ver problemas conocidos: permeabilidad en la defensa, complicaciones en los centros y desconcentración en el inicio. Assmann, nuevamente figura.


No hubo partido 17 para el invicto de Independiente, que finalmente cayó en Rosario ante un laborioso Newell's que se impuso de manera inobjetable, sobre todo por lo hecho en la segunda parte, cuando el Rojo prácticamente se olvidó de atacar.

En el primer tiempo el encuentro se hizo de ida y vuelta, más por errores defensivos que por virtudes en el ataque. Borghi sorprendió con la formación, sacando del equipo a Caracoche para llevar a Damián Ledesma a la línea de fondo, y mantener en el medio a Fredes y Gandín en la delantera. Al final del encuentro el castigo para el juvenil zaguero sería demasiado, teniendo en cuenta que Ledesma no rindió como central.

Durante esa etapa inicial el equipo rosarino terminó con un saldo un poquito más favorable, pero Independiente hizo lo suyo como para abrir el marcador. Montenegro volvió a tener un buen rendimiento, aunque en ningún momento del partido se vio acompañado por los mediocampistas, especialmente Fredes y Ríos, quienes tenían el peso jugar con el Rolfi.

Demasiado aislados arriba, la pelota tampoco llegaba con claridad, y los jugadores debían optar por remates desde media distancia. Un tiro de Montenegro, apenas arriba del travesaño, otro cruzado del Chipi Gandín.

Los de Gamboa, a través de Leandro y Diego Torres fueron siempre un poco más punzantes. La Lepra planteó el partido para jugarlo bien arriba, y también apelaron a tiros desde lejos, que Assmann supo resolver con seguridad. La más peligrosa fue a los 22, cuando Diego tiró un centro para Leandro Torres, quien eludió a Assmann y Moreira, sobre la línea, evitó que su tiro se convierta en gol. Luego un tiro libre leproso que cayó bombeado por atrás de quienes esperaban el centro, obligando a Assmann a retroceder y sacarla con una sola mano por encima del larguero.


En el complemento las cosas cambiaron desde el inicio. Y eso porque a lo largo del partido se fueron confirmando errores cometidos muy a menudo. Uno de ellos, precisamente recibir goles en el comienzo de los partidos o los segundos tiempos. Por lo general, gracias a errores nuestros.

A los cinco minutos, Ledesma se equivoca al querer salir jugando desde el fondo, pierde con Leandro Torres, la pelota deriva en su tocayo Diego, que desborda y envía el centro para que cabecee el Ogro Fabbiani directo a la red.

Aunque la figura del partido fue el homónimo del cantante, debemos destacar a Fabbiani, que durante todo el partido fue un enigma a resolver por la defensa Roja. El ex Lanús es de esos jugadores odiosos, difíciles de marcar y de querer, manioso, protestón y malhumorado, pero cuando se decide a jugar muestra categoría y potencia.

Desde el gol, Independiente no supo más cómo resolver el partido, y prácticamente no atacó en todo el segundo tiempo, aunque fue "a la carga barracas" en busca de un pelotazo que lo salve. Los ingresos de Ismael Sosa y Federico Higuaín hicieron que el equipo mejore un poco la imagen, aunque no lo suficiente como para inquietar al rival, que ya veía que cumpliendo con la pelota en los pies y manejando el contragolpe podía incluso aumentar su ventaja. Cerca estuvo en una jugada increíble que salva Assmann primero en el mano a mano y luego el travesaño, en segunda instancia, impide el segundo de Ñuls, que convirtió al arquero del Rojo nuevamente en el Diabólico del partido.

Para el balance, más allá del invicto y la buena oportunidad que se dejó escapar, queda el hecho de haber repetido errores que se vienen cometiendo desde hace siete fechas, cuando comenzó el campeonato: se atacó poco, se llegó sin contundencia, se mostró debilidad en el fondo, ante los centros y desconcentración en el incio del segundo tiempo. Hay que trabajar mucho.

Emiliano Penelas

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