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El director técnico de Independiente, Claudio Borghi, tuvo una charla a fondo con Pablo Vignola, de Diario Popular. Publicamos la entrevista completa realizada en Mar del Plata.

"Si tengo un virtud es que nunca cambié, soy siempre así,
me muestro como soy y tengo buen sentido del humor.
Algunos, a veces no me entienden."

- ¿Cómo presentarías vos a Claudio Borghi?
- Como un técnico común y corriente. Joven, que trata de ir acumulando conocimientos y experiencia. Siempre digo que uno debe seguir aprendiendo permanentemente. Recién me estoy iniciando en esto de ser entrenador, apenas llevo cinco años. Me falta madurez en algunas cosas y conocimientos en otras. Y como tipo no tengo tantas diferencias con la forma de ser que tenía cuando era jugador.

- Queda muy poco para que arranque el juego oficial ¿ya sabés cuál va a ser el equipo titular de Independiente?
- No, todavía no. Recién estamos completando una serie trabajos individuales que llevamos a cabo durante esta preparación. Todavía tenemos mucho por definir. En el partido con San Lorenzo cambiamos mucho y no logramos llegar con peligro, que es nuestra idea. Son detalles que estoy analizando en la intimidad.

- Es imposible hacer referencia a esta pretemporada irregular ¿forma parte de las concesiones que tiene que hacer un entrenador para trabajar un el fútbol argentino lleno de desprolijidades?
- Nuestra forma de trabajo es una sola. En ese sentido no hemos aceptado ningún tipo de condicionamiento. Nosotros, lo que podemos hacer, es ver si el plantel está preparado para hacer determinadas cosas; son seres humanos, no máquinas. Y por eso armé los últimos equipos de acuerdo a las indicaciones del médico y el preparador físico.

- Está bien, pero el tema de la gira a Norteamérica que recortó los plazos para la preparación, no estaba en tus planes. Lo mismo el torneo de Invierno.
- Es que cuando uno llega a un club tiene que respetar el calendario que está establecido. Distinto hubiera sido si llegaba antes y yo mismo resolvía la planificación.

- ¿Y cómo llega Independiente a este inicio? porque no parece que lo hiciera baja las condiciones ideales.
- A veces, esos análisis son injustos. Porque si salís de gira te critican y si no salís, también... Es un poco la gata flora.

- Eso está bien para el análisis público, pero yo le pregunto a Borghi su sensación personal.
- Es que desgraciadamente no hay un curso de improvisación en ningún lado. Si lo hubiera, deberíamos ir porque tenemos que improvisar permanentemente. Todo lo que teníamos previsto en estos últimos días lo tuvimos que modificar sobre la marcha. Con la gira pasó lo mismo. Pero mucha gente dijo “qué mal que Independiente se fue de gira”, pero nadie preguntó qué fuimos a hacer. Durante ese lapso en Estados Unidos se hicieron setenta ejercicios diferentes para preparar a los jugadores. Pero cuando se habla desde la ignorancia de lo que se está haciendo es muy difícil responder. Habría que juzgar después de los resultados para saber cómo se trabajó.

- Pero el que va a cargar con toda la responsabilidad cuando empiece a rodar la pelota va a ser Borghi, por eso te pregunto si estás conforme con la preparación y si trabajaste en las condiciones que esperabas hacerlo.
- Sí, trabajé en las condiciones en las que lo hicimos todos. Hay equipos que tienen un poco más de ventaja y hay otros que tienen menos, algunos se reforzaron, otros no. Estamos todos más o menos parejo.

- ¿Con los refuerzos estás conforme?
- Incorporamos siete jugadores, pero yo diría que son cinco porque dos se nos fueron... así los sustituimos. Lo que hemos hecho es reacomodar el plantel porque ahora tenemos menos futbolistas de los que teníamos antes, se fueron más de los que vinieron. Ahora si son mejores, eso lo determinará el tiempo.

- Pero ¿son los que vos querías?
- Estamos dentro del promedio. El ideal nunca existe. No tenemos la posibilidad económica de Real Madrid de pedir a cualquiera, ni podemos hacer como hace el técnico de Manchester que dice “si se va Ronaldo yo me voy”. Tampoco me pondría en esa postura.

- ¿Tampoco podés decir “no me trajeron lo que yo quería, me voy”?
- No públicamente. Lo diría en una oficina, internamente: “no estoy conforme con lo que tengo, prefiero irme”. Lo digo en una oficina y no expongo ante la gente que me voy porque no me cumplieron.

- ¿Con qué soñás cuando te vas a dormir, desde tu actividad deportiva?
- Siempre hablamos como cuerpo técnico en hacer lo que corresponde; hay dos posibilidades: que salga bien o que salga mal. Nosotros venimos a proponer algo que tenemos bien pensado. Va sufrir variantes, seguramente, para bien o para mal. El día que nos digan “tu trabajo no funcionó”, agarramos el bolsito y nos vamos. No estamos dispuestos a cambiar nuestra forma de trabajar por resultados. El tiempo nos va a juzgar. Pero más allá del beneficio deportivo yo persigo un beneficio general; muchos creen que el único objetivo que tiene Independiente es salir campeón, pero ese es sólo uno de los objetivos. Hay otros: promoción de jugadores, que el club esté económicamente bien, que las inferiores crezcan. Sé que si cumplís con estos pero no salís campeón, por ahí te tenés que ir.

- ¿Y cuál es el principal objetivo de Borghi?
- Yo tengo muchísimos, pero no estoy dispuesto a hipotecar el futuro del un club por el hecho de salir campeón. De nada me sirve decir “fui campeón en Colo Colo pero quedó quebrado”. No fue así, vendió jugadores, salió de la quiebra, hay un montón de cosas que me motivan: el progreso de los futbolistas en lo económico, en lo personal, en lo cultural.

- ¿Y qué elegís: que Independiente juegue muy bien o que salga campeón aunque no se destaque?
- A veces prefiero decir “qué bien que jugamos, lástima que no ganamos”. No me gusta pensar: “jugamos horrible, qué culo que ganamos”. Son formas de pensar. Hay que gente que dice que hay que ganar de cualquier forma, yo digo que no; tengo mi manera y quiero respetarla, a pesar de que esto me haga ver raro, estúpido o tonto.

“No hay jugadores como yo porque ya nadie los quiere.
Fredes tiene muchas fantasías, tiene que aprender a decidir más rápido.”

“No vivimos como en Suiza porque somos argentinos”

- Muchas veces flota en el ambiente la sensación de que a los entrenadores no les traen los refuerzos que ellos piden...
- En mi caso no trabajo con listas de jugadores. Si hago una lista con tres jugadores por puesto como alternativa, generalmente te traen al más barato. Entonces yo digo: “quiero a éste”, si no lo pueden traer entonces vamos a buscar a otro. Tampoco me gusta manejar muchos apellidos porque sería un manoseo para los jugadores.

- A menudo no traen al más barato, todo lo contrario. Porque los refuerzos los traen los intermediarios de ocasión y el negocio casi nunca lo hacen los clubes.
- Ah, ahí no opino. Yo no hablo de plata. Ni me importa cuánto gana cada uno.

- ¿Pero te gusta cómo está el entorno del fútbol argentino hoy en día?
- Creo que el fútbol no es una isla, es una parte de la sociedad. Debemos tener de todo: borrachos, drogados, putos, buena gente, horados, deshonestos. Es parte del país. Si me decís que vivimos en Suiza, sería otra cosa... pero no somos suizos. Este es un trabajo como cualquier otro dentro de la Argentina.

- ¿Y nuestro país podría algún día llegar a ser como Suiza?
- Me parece que estamos lejos, porque somos diferentes. En un país que no se respeta mucho al ser humano, es complicado pensar en mejorar.

- Y para notar esa diferencia, ¿hay que ir a Suiza o desde Chile también se percibe?
- Si, se nota. Pero no hablo del país, sino de las personas. Hay poco respeto, están todos apurados, cualquiera te insulta y si vos insultás a alguien por ahí se baja del auto y te pega un tiro. Pero bueno, el argentino es así, una mezcla de razas difícil de controlar.

“La gente transformó un defecto en virtud.
Porque yo nunca le pegué con la zurda.
Y si no es para cancherear, obvio que estoy a favor de la rabona.”

“En el sexo y en el fútbol somos todos unos fenómenos”

- Muchos coinciden en que sos un técnico que, desde su forma de ser rompe el molde habitual y es lindo escucharlo hablar; desde ese punto de vista ¿te sentís reconocido?
- Creo que la única gran diferencia es que vengo de afuera, quizás por eso se tiene una visión distinta, porque llegué del exterior. Puede ser que algunos se ilusione, otros se pongan contentos, pero así como te puede ir bien también te pueden salir las cosas mal. Pero no traemos una propuesta de NASA como para que todos se sorprendan. Es una propuesta muy futbolera que a nosotros nos ha dado resultado, con el tiempo veremos qué resultado nos da acá. Ultimamente he notado que hay gente sorprendida por algunos métodos de trabajo, como por ejemplo las mediciones físicas y médicas que realizamos y no son otra cosa que un sistema para saber con quién contás y para qué contás con él.

- Pero uno nota que hay mucha gente que tiene ganas de que te vaya bien...
- Sí, sí, es cierto, y lo agradezco. Hay mucha gente que nos manifiesta que quiere que nos vaya bien. Creo que, fundamentalmente, es porque somos tipos sencillos. No creo que se trate del hecho de tener un discurso diferente. El fútbol es fútbol en todos lados, lo que pasa es que veces algunos lo quieren complicar. En la Argentina, el tema de los resultados se ha transformado en algo crucial y, si no ganás, estás en el horno.

- Esa simpatía que estás recogiendo ¿no pasará por tu intención de desdramatizar el juego?
- Nosotros decimos lo que la gente quiere escuchar. Los hinchas, hoy en día, están pidiendo cosas que los jugadores siempre tuvieron pero que ahora parece reclamarse más. No te piden que juegues bien, te piden que pongas huevo. Y nosotros aprendimos a decir lo que la gente quiere escuchar: “no jugamos bien pero pusimos huevo, es un partido de vida o muerte, voy a dejar la vida”, aunque no suceda...

- ¿Vos también aprendiste a decir esas cosas?
- Yo no digo esas cosas. El día que me escuchen decir que “es un partido de vida o muerte” será porque le habré empezado a perder el gusto al juego. El fútbol debe ser encarado con seriedad y responsabilidad, pero no deja de ser un juego. Muchos quieren transformarlo en otra cosa, pero sigue siendo un juego.

- En ese sentido, la gente de Independiente seguramente te va a reclamar que el equipo juegue mejor...
- Ojalá los hinchas empiecen a preguntar “¿cómo jugó tu equipo?”, en vez de “¿cómo salió?”. A mí me da la sensación de que cuanto mejor jugás más posibilidades tenés de ganar. Y eso es lo que vamos a tratar de lograr en Independiente. Podés ganar un partido de casualidad y perder otro sin merecerlo, pero de ninguna manera eso se puede transformar en una constante.

- ¿Y quién tiene la culpa de que la gente reciba ese mensaje resultadista?
- Me estoy dando cuenta de que es noticia lo que provoca algo de pelea o de escándalo. Claro que depende mucho del perfil de editorial que tenga el diario, la radio o el canal para ver a dónde apunta la información. Si querés escuchar de fútbol vas a un medio, pero si buscás ‘cocucha’ o quilombo, vas a otro. Hay diversidad para que la gente elija.

- ¿Te gustaría hacer un poco de docencia desde tu lugar?
- No, no, yo no soy docente. Lo único que pretendo es que no me cambien a mí. No tengo la capacidad para cambiar el medio, ni me trajeron para eso; además, no creo que el medio sea malo. Aquí la gente sabe mucho de fútbol, el hincha opina mucho y se arma un debate permanente. Tras cada partido, en los medios se instalan mil ideas y eso complica el análisis.

- ¿Entonces?
- Creo que los técnicos y los futbolistas debemos hablar con los periodistas y ni unos ni otros sentirse tan intocables como muchas veces nos sentimos. De sexo y de fútbol podemos opinar todos y todos pensamos que lo hacemos bien... jamás he escuchado a un tipo que me diga “mirá, yo hago muy mal el amor”, y pasa lo mismo en el fútbol, incluso los que nunca jugaron. Pero todos pueden opinar... yo hablo de política y no sé mucho.

- Lo mismo que de cine... si no sólo los que fueron actores podrían analizar las películas.
- Claro. Ese es otro tema, yo veo mucho cine. Generalmente no voy a ver las películas que me recomiendan porque la mayoría tenemos gustos diferentes y buscamos cosas diferentes. Yo tengo un género especial como todos los demás; si alguien me recomienda “andá a ver Rocky II” no voy, porque no es el tipo de películas que me gustan. Debería pasar lo mismo con el fútbol, si no me gusta como juega tal equipo, no voy a verlo. Hay actores que uno muchas veces juzga sin saber el papel que les han asignado. Y, en ese sentido, a mí me pasó algo cómico: la primera película que vi en mi vida sobre la dictadura fue La Historia Oficial, y allí Héctor Alterio hizo un trabajo tan bueno que le agarré una bronca tremenda; ese papel de hijo de puta lo hizo también, que lo odio. En el fútbol puede pasar lo mismo y muchos le agarran bronca a los que siempre juegan bien contra tu equipo...

- Vos le debés tener bronca a los que juegan mal o hacen trampa ¿no?
- Sí, sí, la trampa es un tema complicado. El fair play se está usando mucho para sacar ventaja, los jugadores se tiran al piso, fingen lesiones que no tienen. Hay dos posibilidades: o lo mejorás, o lo sacás.

- En cambio hay mucho que hacen, de la picardía, una escuela.
- Lamentablemente sí. Pero eso depende de cada persona. Hay jugadores que sacan ventajas quejándose con el árbitro, otros usan las patadas como recursos. Pero por suerte también hay tipos a los que no les interesa ganar así.

- Y ante esa situación ¿no sentís a veces que das ventaja en la competencia?
- No. Uno tiene una forma de actuar y tiene que estar conforme con ser leal a sus convicciones. No estoy dispuesto a hipotecar mi conciencia por algo que no me parece justo.

Pablo Vignola
Diario Popular, viernes 1º de agosto de 2008

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