0
Llena de individualidades, la Selección nacional no alcanza el juego colectivo, no demuestra buen fútbol y no entusiasma a la gente. El pobre empate ante Ecuador no hizo más que mostrar las deficiencias de juego y que la sola acumulación de apellidos ilustres no alcanza.

Agüero, Riquelme y Gago se van cabizbajos del Monumental.
La Selección no convenció y empató sobre la hora.

Alfio Basile debe estar pensando qué fue lo que pasó para que aquel equipo que goleó a México hace pocos días hoy haya jugado tan mal en un Monumental lleno que esperaba la goleada. La realidad es que la Argentina jugó uno de los peores partidos que se le recuerden como local, sus figuras sólo fueron nombres tirados sobre la cancha, no hubo funcionamiento colectivo ni esquema de juego que se sostuviera y sólo un milagro hizo que Palacio encontrara una pelota boyando en sus pies sobre tiempo de descuento.

El empate fue muy poco para la albiceleste, que debía ganar, y también lo fue para la visita, que tenía tres puntos de oro en el bolsillo. Es que Ecuador se plantó desde el principio del partido fuerte en defensa y sólido en el mediocampo. Sin atacar demasiado, sobre todo en el primer tiempo, dejó que Argentina tuviera la pelota pero lo marcó con rigor, aunque sin apelar a las faltas.

Esa primera etapa, sin brillos y con escasas llegadas a los arcos, dejó para el análisis la falta de un goleador de área. Los embates de Messi, empecinado y corajudo, contra toda la defensa, y las corridas de Agüero, solitario en la delantera, no alcanzan si en vez de jugar a ras del piso se tiran pelotazos constantemente. Para eso, mejor llamar a Palermo, o al mismo Denis.

Verón y Riquelme no tuvieron un buen partido

La única chance que la Selección mostró como peligro para el arco ecuatoriano, fueron los tiros libres de Riquelme, molesto y poco inspirado en el juego, que pasaron lejos de Cevallos o impactaron en las barreras. Quien quizás debía acompañarlo en la creación, Verón, tampoco tuvo una tarde feliz, y sin dudas no entró nunca en el esquema de juego junto a Román, como si ambos quisieran ocupar el mismo sector de la cancha, o la misma función. Y ninguno cumplió.

Zanetti fue Zanetti por el lateral, pero sus centros no encontraban a nadie. Maxi Rodríguez, fatigado y con pocas jugadas, fue reemplazado en el comienzo de la segunda etapa por Fernando Gago, quien terminó siendo, junto con Messi, de lo mejor de la Selección.

Si la primera parte no tuvo emociones, la segunda fue un poco más movida, pero no pasó demasiado. Sí los visitantes avanzaron un poco más en la cancha, quizás viendo que se podía buscar algo más y porque la Argentina, obligada a ir más adelante, dejaba espacios en el fondo.

Ya le pegó Urrutia, Abbondanzieri mira el golazo de Ecuador

No más línea de tres, Basile tiró a Zanetti a la defensa, con el ingreso de Gago comenzamos a jugar con tres "5"... Nada cambió demasiado y a pesar de la movilidad que mostraba Agüero, la pelota no le llegaba. El Kun justamente tuvo las dos más claras, una entrando por derecha y rematando cruzado, pero muy abierto, y la otra cuando en el área la pelota no le bajaba más y su remate salió débil a las manos del arquero.

Sin ideas, con más nombres en cancha, con el ingreso de Cruz buscando poner ese 9 de área que recoja algún bochazo al azar, sin variantes significativas en el banco, el fútbol pasaba más por los pies de Urrutia, Valencia, Guerrón y Ayoví que por Verón, Riquelme, Messi o Agüero.

A los 23 minutos de ese segundo tiempo, el estadio iba a enmudecer cuando una bonita combinación de los tricolores terminó en un golazo de Urrutia, que le pegó desde afuera del área al medio del arco. Abbondanzieri, sin sacar las manos, fue espectador de lujo de cómo la pelota pegaba en el travesaño y entraba.

Palacio festeja el empate de la Selección, a los 48' del segundo tiempo

Desde ese momento Ecuador defendió con uñas y dientes el triunfo, primero en su historia jugando en Buenos Aires, y la Argentina iba "a la carga barracas" a buscar al menos el empate.
El partido se moría, y de pronto a los 48' vuela un pelotazo al área mandado por el Pato Abbondanzieri, Cruz no llega, Agüero la peina y Palacio, entrando solo, le pega y convierte el empate. El delantero de Boca hacía cuaro minutos que estaba en cancha, en lugar del lesionado Verón. Fin del partido.

El empate sólo servirá para no ir con una derrota dolorosa a Brasil, pero igual dejó muchos dolores de cabeza y sin dudas un gran interrogante de cara al futuro.

Emiliano Penelas

Publicar un comentario