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En el debut del Bichi Borghi en el banco de Independiente, el Rojo logró otra gran victoria, la quinta consecutiva en el campeonato, ante el San Lorenzo de Ramón Díaz en el Nuevo Gasómetro. La ilusión está en marcha, la semana que viene, River en Avellaneda.

Guillermo Rodríguez, autor del gol del Rojo, lucha frente a Menseguez


De ilusiones se vive y este Independiente parece hacer creer a su hinchada que puede. Con fútbol, con goles, y con actitud cuando no se puede sumar ninguna de las dos.

Partidazo en el Bajo Flores, porque el Ciclón venía motivado por la clasificación heroica lograda ante River por Copa Libertadores entre semana, y porque Independiente estrenaba nuevo técnico luego del gran paso de Pepé Santoro en el banco.

En el primer tiempo el Rojo fue de igual a igual y dominó a un San Lorenzo que no salió a jugar el encuentro con todos sus titulares pero es indudable que quienes estaban en cancha eran grandes jugadores, como es el caso de Romeo o Menseguez, una dupla delantera que fue bien tomada por Rodríguez, de un excelente partido, y Ledesma, en su función de marcador central.

Mereció más el Rojo en esa primera etapa, pero se fue al vestuario con la sensación de haber hecho las cosas bien, sobre todo Grisales y Sosa, quien con Denis lesionado recuperó la titularidad luego de mucho tiempo sin jugar.

En la segunda etapa se vio a un San Lorenzo que tuvo que poner toda la carne al asador, ya que el tempranero gol de Guillermo Rodríguez, encontrando un rebote en el área chica tras un centro desde la izquierda, puso el 1 a 0.

Si bien el ingreso de D'Alessandro y Bergessio hicieron sufrir un poco a la gente Roja, ahí estaba Montenegro para luchar y jugar como siempre, poniéndose el equipo al hombro en esos momentos en que el partido se complicaba.

Sin embargo, con el correr de los minutos y la solidez defensiva que mostraron Assmann, Pusineri y Herrón, luego Calello, Independiente aguantó el resultado y ahora sueña con más, cuando en la próxima fecha se cruce con uno de los punteros, River, en Avellaneda.

Emiliano Penelas

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