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El fútbol uruguayo está en "crisis y pánico" por un embargo al empresario Paco Casal de más de US$ 25 millones por deudas impositivas; la mayoría de los clubes depende del dinero del empresario. Reproducimos el artículo publicado hoy por el Diario La Nación de Buenos Aires.


El fútbol charrúa entró en pánico por un embargo a Casal

MONTEVIDEO.- El fútbol uruguayo se sacudió ayer con la noticia que ocupó la tapa de todos los diarios y sintió que había una amenaza financiera para su continuidad. Francisco Paco Casal, el ex jugador que se convirtió en el contratista más importante de la historia del fútbol uruguayo, que es el principal financista de los clubes, maneja los contratos de TV del seleccionado celeste y las copas locales, quedó con un candado en su caja fuerte, la que ha sido el fondo de financiamiento del principal deporte oriental.

Luego de meses de negociaciones entre las autoridades impositivas y el Grupo Casal, y tras años de investigaciones que han hecho los técnicos tributarios sobre el hombre fuerte del fútbol uruguayo, la Justicia local dispuso sobre éste un embargo por más de 25 millones de dólares.

El cerrojo abarcó no sólo a Casal y sus empresas, sino también a contratistas de su entorno. Entre ellos están Daniel Delgado, Jorge Chijane, José Herrera, Gonzalo Madrid, Carlos Aguilera y Sergio Hermida. También están involucrados el estudio del corredor de bolsa Ignacio Rospide (el más grande de la plaza financiera local) y al contador Julio Szafran, que era asesor de este grupo de ex futbolistas.

El pánico que se vio ayer en el ambiente del fútbol estuvo vinculado al flujo de pagos que mantiene el grupo Casal con los clubes por pases al exterior y derechos de TV, lo que para muchos equipos es indispensable para su funcionamiento, porque tienen déficits acumulados, deudas impagables, recaudaciones insignificantes y un costo fijo al que no pueden hacer frente, según reconocen dirigentes de esas instituciones. La forma de hacer frente al costo de funcionamiento para competir en la plaza local es con los derechos por TV y los pases de futbolistas al exterior, lo que generalmente está ligado a contratos con Casal y su entorno.

La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) también puede verse afectada indirectamente, aunque el embargo de la Dirección General de Impositiva (DGI) no abarcó a Tenfield, que lidera Casal y que es la que tiene el contrato directo con la autoridad deportiva. Si bien no está embargada esta compañía, que Casal impulsó junto con los ex futbolistas Enzo Francescoli y Nelson Gutiérrez, uno de los principales accionistas de Tenfield es el propio Casal, que ahora podrá aducir problemas de liquidez financiera.

Sobre la posibilidad de que la asociación deje de percibir el flujo de fondos de Tenfield, el dirigente del Ejecutivo de la AUF, Ovidio Cabal, dijo ayer: "Sí, claro, se puede tomar un respiro en el pago de cuotas, tiene derecho, porque no tiene por qué adelantarnos los pagos".

Arturo Del Campo, el presidente del club Danubio, que es el último campeón del fútbol uruguayo, dijo que solicitarán una entrevista a la DGI. "Estamos todos los clubes en lo mismo, esto nos agarró medio de improviso", expresó.

"El tema es ver cómo nos ordenamos en la medida que todavía hay un dinero muy importante a cobrar del Grupo Casal, que compró un paquete de jugadores ", agregó el presidente de Danubio.

"Tarde o temprano, todos los clubes lo vamos a sufrir", se lamentó Fernando Sobral, presidente de Defensor Sporting. José Corbo, presidente de la AUF, se mostró preocupado : "Con ese dinero (el de Tenfield), afrontamos el pago de los salarios mínimos de los jugadores, que no pueden pagar los clubes. La Asociación no tiene otro dinero".

Por Nelson Fernández, corresponsal de La Nación.

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