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En un partido más bien pobre, en el que no se arriesgó mucho, el Rojo fue claramente superior y mereció ganarle a un racing sin ideas que no atacó en ningún momento del partido.

Denis le gana al defensor de racing por potencia y velocidad

La historia en Mendoza fue un reflejo de lo que sucede desde siempre con el clásico rival, un equipo que ahora ya ni siquiera sale a atacarle a Independiente, y parece festejar los empates en cero como verdaderos triunfos por goleada cuando su arquero fue el héroe de la noche. El "mereciómetro" cansa un poco, pero el Rojo demostró nuevamente una clara superioridad futbolística y de rendimiento ante racing, pero no lo supo definir ni tuvo la suerte necesaria a la hora de anotarse en el marcador.

Apenas comenzado el encuentro fue Fredes, en una bonita jugada colectiva hilvanada entre Montenegro, que dio un buen centro a Machín, éste centró atrás y Fredes, de arremetida, le pegó de volea al travesaño. El Rojo amenazaba y poco a poco el Rolfi se transformaba en su mejor carta.

El volante, de buen partido, intentaba pegándole desde afuera del área, abriendo la cancha por los laterales y generando peligro de la mitad de cancha hacia arriba. Denis, por potencia, peleaba contra los defensores racinguistas, y Sosa, con más empuje que juego, se llevaba por delante todo, incluso a Navarro, que salió a cubrirle un mano a mano y terminó chocando con el delantero, la pelota pasó cerca pero no fue penal.

Mientras Assmann no pasaba sustos, sobre el final de la etapa una milagrosa salvada de Navarro hizo que el Rojo no se fuera en ventaja. Un lindo contragolpe comenzó en los pies de Sosa por izquierda. El Chuco la cruza toda para Montenegro y éste, sin dejarla picar, le pega un furioso remate que dio entre las piernas del arquero. Esos últimos minutos fueron quizás los mejores del Rojo. A los 42’ fue Sosa quien convirtió aún más en figura al correntino Navarro y un minuto más tarde, luego de un gran centro de Denis, el Chuco no llegó a darle con precisión con el arco libre y llegó la agónica salvación de Menghi.

En el segundo tiempo no pasó mucho más, y lo que empezó a reinar fue la timidez y el miedo a perder, que avanzaron parejos junto a los minutos. Como en el último partido del Apertura, el encuentro se hizo previsible, aburrido. Si bien fue Independiente quien mantuvo, dentro de la mediocridad del partido, la mejor actitud, justo es decirlo no supo cómo definirlo y mostró muchas limitaciones a la hora de crear ante un rival débil.

Bueno y alentador fue el regreso de Leandro Gioda luego de cinco meses inactivo. Pudo ser aun más trascendente de no ser, nuevamente, por el arquero de racing, quien a los 23' de la segunda parte, con una mano sola y a contrapierna, manoteó sobre la línea un potente cabezazo del central Rojo que tenía destino de gol.

A los 28 minutos se produjo el debut de Damián Ledesma, único refuerzo de la temporada, en lo que fue lo último destacado del encuentro.

Para ser campeón del pentagonal de verano, Independiente debe esperar que River no le gane a San Lorenzo, en el partido que cierra el certamen, el martes próximo.

Emiliano Penelas

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