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Que el clásico era toda una apuesta para los dos equipos ya no es novedad. Por eso son clásicos, por eso se juegan y se esperan de manera diferente. Independiente necesitaba mejorar su imagen sobre el final del campeonato. racing, apurado por el descenso, buscaba salvar un año como tiene acostumbrados a sus hinchas, flojísimo. Y así jugaron los muchachos de Troglio y Costas, con poco que ofrecer más que un bodrio de sábado por la tarde.

El color lo puso, como siempre, la hinchada del Rojo

En lo que a nosotros nos importa, el Rojo poco mostró de distinto respecto a este feo cierre de año. Sin fútbol ni ideas, apenas insinuó sobre el principio del partido, cuando un inspirado Sosa apuró al buen arquero Navarro. Parecía que la cosa iba a ser como siempre, victoria de Independiente, pero de a poco racing comenzó a levantar un poco y emparejó la situación, aunque los arqueros tenían trabajo a reglamento y la fricción estaba en el medio.

Sobre los últimos quince minutos de la etapa volvieron las emociones, sobre todo del lado de Independiente, cuando el Rolfi eliminó al "polaco" Bastía e hizo lucir nuevamente al correntino que defiende los tres palos de la academia. Navarro voló y sacó el tiro cruzado del Rolfi, que tenía destino de gol. Luego fue Assmann quien evitó el tanto en contra, evitando que ingrese un cabezazo de Romagnoli.

Montenegro lucha con Cabral

El segundo tiempo, y como es lógico, a medida que avanzaban los minutos, el partido se hizo más chato.

Por el lado de Independiente, Herrón se mostró sólido en la marca, lo mismo que Calello, ordenando el medio juego. No hizo tanto Oyola, de regreso a la titularidad en lugar de Fredes, quien sin embargo entró a reemplazarlo en la segunda etapa. Denis, empecinado como lo deseamos todos, en ser el goleador del campeonato, casi no tuvo chances.

Con todas las falencias que mostraba el equipo de Troglio, los de Costas, a pesar de ser locales, no sabían qué hacer con la pelota. Es más, sospechamos que algunos jugadores de racing no saben que es redonda.

Rodríguez y el Piojo López. El partido fue pura fricción

Sólo las tribunas mostraron el fervor que en la cancha faltaba. El empate estaba bien, y si bien nos queda el sabor de llevar cinco clásicos sin derrotas, que hace mucho que no pueden ganarnos en su propia cancha, y que de los últimos 13 encuentros sólo perdimos dos, siempre el 0 a 0 es poco para nosotros, aunque ellos lo festejaron igual.

Emiliano Penelas

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