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Jugando como local, Independiente ha perdido su invicto frente a Boca en esta quinta fecha del campeonato, y sin embargo no es una noticia para dramatizar. Se perdió jugando por momentos bien, aunque con distracciones y errores que deben mejorarse, sobre todo en el acople defensivo, en el reajuste de marcas en el mediocampo y en la confianza y seguridad que debe transmitir el arquero Assman, sobre todo en las pelotas cruzadas.
Sin embargo, ante esta nueva derrota frente al equipo lindante con el Riachuelo, debeos decir que la presencia de Indpendiente a lo largo de todo el trámite del juego, en el global, deja un saldo positiv en cuanto a la actitud demostrada por el equipo en ciertos pasajes del encuentro, y en una postura que no es nueva -el Rojo lo viene evidenciando desde el inicio del torneo- se nota que Indpendiente se para de otra manera y tiene siempre resto para pelear. Así fue como se consiguieron las luchadas victorias frente a Central y Argentinos. Así se pudo haber logrado un resultado positivo este miércoles.
El Rojo comenzó con el pie derecho. El gol de Denis a los dos minutos, convertido "desde el vestuario", como suele decirse, parecía presagiar un trámite distinto para ese comienzo, pero un Boca golpeado que sin jugar bien tiró al equipo de Troglio hacia su arco logró, en juego, equilibrar las acciones. Hasta que un pelotazo llovido sobre el área encontró saliendo mal a Assman, Palacio que la vuelve a meter dentro del área chica y Rodríguez, intentando despejar, termina por introducir el remate en su propio arco. El 1-1 parecía justo, pero Independiente comenzó a torcer nuevamente las acciones a su favor, y hasta pudo haberse ido al descanso en ventaja, si no fuera porque Caranta estuvo rápido de reflejos para cubrir un mano a mano frente Denis.
La segunda etapa comenzó como el partido, con un gol rápido, pero esta vez de Boca. Palermo y esa costumbre de convertirnos hizo que se le escapara a la marca de Matheu y colocara un frentazo potente que dejó sin reacción a Assman. Fueron esos los minutos más complicados de Independiente, con un Rodrigo Díaz intermitente, Montenegro apareciendo en pequeñísimas dosis y escasas situaciones frente al arco rival. Apenas un par de corners logrados voluntariosamente, pero luego complicándonos con los contragolpes de Boca que dejaban mal parada a toda la defensa roja.
Cuando finalmente se pudo ganar un poco el mediocampo y el equipo logró establecer una paridad en las llegadas a los arcos, Pusineri pierde increíblemente una pelota apenas cruzada la línea media del campo, y es Gracián, recién ingresado, quien tiene casi cincuenta metros de terreno para llegar, pasar en la corrida la salida de Assman y tocar a la red lo que sería el tercer grito Xeneize en Avellaneda.
Con empuje, Independiente se fue al ataque con algunas ideas en los pies de Montenegro y la voluntad del ingresado Fredes. Un cabezazo de Matheu trajo la esperanza de la remontada, pero Boca, con oficio más la especulación de su entrenador, puso el partido en el freezer y redujo al mínimo las llegadas de real peligro, mientras sus jugadores intentaron desde lejos ante el adelantamiento del arquero local.
Párrafo aparte merece la actuación de Maglio. ¿Es posible que un árbitro dirija tan mal de una manera tan sutil por momentos, y burda por otros? Omitió tres claros penales. Claro agarrón a Pusineri entrando al área de Boca. Agarrón de Matheu a Palermo, nobleza obliga, lo que era penal para Boca. Mano clara de Uribarri, quien va con los dos brazos abiertos a cubrir un centro. Las sutiles: todos los foules "pequeños" o bien terminaban en tiros libres para Boca, sobre todo en la media cancha, o bien significaban un pase a continuar con el juego sin entenderse demasiado el criterio. En un partido sin violencia, sólo se dedicó a sacárselo de encima.
Al final de la tarde, cuando los hinchas nos retirábamos caminando por Alsina, quedaba todavía el sinsabor de un partido que parecía alcanzable, en donde el empate estuvo al alcance, pero sin embargo también estaba la satisfacción de haber recibido algunas señales positivas del equipo, y de seguir en soledad en la punta de este Torneo Apertura que recién comienza.

Emiliano Penelas

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