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Sufriendo hasta el último minuto, Independiente derrotó a Vélez por 2 a 1 con dos goles de Matías Giménez. El ciclo de Carlos Tevez arrancó con intensidad y el equipo transmitió otra imagen.

Lo primero que se vio del equipo de Carlos Tevez fue una formación distinta a la que veníamos viendo. El Apache plantó una línea de 5 defensores con la vuelta de Damián Pérez, que no jugaba desde abril, y Joaquín Laso. Arriba, Giménez de entrada y Cauteruccio al banco. En los quince minutos iniciales quedó plantada una idea del entrenador, en donde Independiente tuvo otra intensidad y las mejores chances. Se lo vio rápido a Independiente, aunque impreciso. 

El correr de los minutos hizo que Vélez recuperara la pelota y exija a Rey desde media distancia. El físico no daba para la presión tan alta y el medio no funcionaba. Todo le pasaba a Marcone, Ortiz no se proyectaba y Mancuello pasaba desapercibido. El chileno Isla se mostraba como el más afilado y con un par de centros sobre el final de la etapa generó lo mejorcito. 

En la segunda mitad el Rojo volvió a salir con mucha intensidad y fue Matías Giménez quien a los 6 minutos metió un golazo desde lejos para que se grite bien fuerte. Poco después Rey, con otra atajada clave, levantaba a la gente que saludaba la actitud que se transmitía desde la cancha. 

Pero eso no alcanzaba porque Independiente perdió el mediocampo nuevamente, y el ingreso de Kevin López terminó de desajustar todo. Vélez ganó en confianza y llegó al empate con un cabezazo frsnco en medio del area chica. A menos de diez minutos del final del partido la desazón se instaló y bajaron rumores.

Pero aún quedaba una más. Una jugada polémica en la que cae Cauteruccio al borde del área. Primero Rapallini pita falta tiro libre afuera, pero con la repetición de la TV la gente empezó a reclamar qué había sido adentro. VAR mediante, penal y otra vez Giménez se hizo cargo para el 2 a 1 final que se gritó con todo, provocando el desahogo que ameritaba una final. 

Emiliano Penelas 

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