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Con momentos de buen fútbol y otros de sufrimiento, Independiente derrotó a Arsenal por 1 a 0 en Avellaneda. Pozzo, a los 30 minutos del segundo tiempo, anotó para el Rojo. Batallini, la figura, acompañado por Roa y Vigo.

En el primer tiempo solo Independiente quiso jugar, pero aún así lo hizo con impresiones y rachas. Luego de un cuarto de hora inicial sin ideas, de a poquito y con más ganas que fútbol, el Rojo comenzó a adelantarse unos metros y ser un poco más que Arsenal, que parecía decidido a no atacar. No obstante, una muy mala salida de Sosa le dio a los del Viaducto la chance más clara, con un remate que terminó yéndose por encima del travesaño. 

Los mejores momentos de Independiente fueron con la aparición de Batallini por izquierda y Vigo subiendo por derecha. El ex River se mostró siempre, la pidió y fue punzante cada vez que pasó al ataque. Como en el debut frente a Estudiantes, fue bueno el trabajo de Benavídez en el medio y faltó que apareciera Soñora, a quien se espera como conductor, y volvió a ser el primer cambio de Domínguez, como en La Plata.

La segunda mitad era toda de Independiente. Por empuje, por presión y por voluntarismo. Con la salida de Soñora, se liberó Batallini y creció Roa. El ingreso de Márquez por Benavídez, cuando los del Viaducto sólo hacían tiempo, agregó gente en ataque. Y fue dos veces Insaurralde quien ganó de arriba. Una fue al palo, la otra la sacó Wener. De ese corner llegó finalmente el gol del Rey de Copas, anotado por Tomás Pozzo. 

No obstante, con el gol el equipo pareció relajarse, Leandro Fernández dejó la cancha lesionado y con él se fue la única referencia de área, y Arsenal se animó a ir a buscar lo que parecía imposible pero así y todo hizo sufrir a todos los hinchas durante los últimos minutos de partido. La victoria se celebró como un desahogo, porque era necesaria y porque de allí hay que construir. 

Emiliano Penelas 

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