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A propósito de los 46 años de la primera Copa Intercontinental conseguida por Independiente ante la Juventus, el Ruso Verea escribe sobre la foto del equipo dando la vuelta olímpica en la cancha de racing, tras la consagración en Roma. 



Esa foto que ven ahí es la foto del ingreso al campo de juego de Racing, después de que Independiente había conseguido la Copa Intercontinental contra la Juventus en el Estadio Olímpico de Roma. Casualmente el Rojo tenía que jugar su primer partido contra Racing después de esa final.

La cancha de Racing no sólo recibía visitantes, obviamente para esa época, sino que todo el anillo de arriba podía ser completado por la afición que lo visitara. Como ven, está repleto. Estábamos todos ahí, la cancha explotaba de gente.

Independiente sale por los viejos túneles que se abrían como una V. Por el central de los árbitros, el de la izquierda era del visitante y el de la derecha el del local. Los jugadores empiezan a recorrer el campo de juego dando la tradicional vuelta olímpica, caminando ante el aplauso de todo el estadio, y por su puesto la locura nuestra.

Al llegar al primer banderín del córner, el de la derecha, donde  para ubicarse hoy desde la cancha de Racing sale el equipo local, ahí arriba estaba el sector mujeres. Entonce, las mujeres de Racing, adelantándose, le tiraban rosas rojas al equipo cuando pasaba con la Copa.

Más allá de todo el contexto y lo que podríamos hablar de que esto sería impensado hoy, más allá de toda la locura a la cual hemos llevado un triunfo, una derrota, mas allá de la enfermedad que provocó en nosotros el fútbol y la pérdida del placer, a tal punto que hay gente que disfruta más la derrota del otro que el triunfo propio, también tengo que comentar que esto era la respuesta de Racing a algo que Independiente le había hecho a Racing en su propia cancha, en la vieja Doble Visera, cuando Racing venia después de haber sido campeón Intercontinental a visitarlo.


Aquella vez Independiente armó a la salida de Racing dos cordones con todos sus atletas y cada atleta tenía un arco con laureles, por ende con Perfumo a la cabeza, Cejas, Basile, el panadero Díaz, Martin, Rulli, el Chango Cárdenas, Martinoli, el Toro Raffo, el Yaya Rodríguez, todos pasaron por debajo de esos arcos con laureles y terminaron con el equipo de Independiente de Primera recibiéndolos con un aplauso, hasta llegar a la mitad de la cancha. Obviamente también la gente aplaudió, reconoció al campeón Intercontinental, y después se jugó el partido.

No quiero que esto suene como "Deportes en el recuerdo", pero sí me tengo que imaginar hasta dónde cualquiera de nosotros, no importa la edad, pueda pensar si alguna vez volvemos a tener algo parecido o si ya esto ha quedado tan lejano que resulta imposible.

Una foto nada más me llevó a todos esos recuerdos. Bueno, de esa noche tengo que decirles algo, vinieron a comer a mi casa tres: el Chivo Pavoni, el Loco Garisto y Pepé Santoro. Y esa camiseta quedó en mi casa, la azul que tiene Pepé en esa foto. Yo, como pendejo boludo, en vez de guardarla y hoy tenerla encuadrada y firmada, la usé durante muchísimo tiempo y jugué muchísimo, hasta que se hizo mierda. Que va a ser...

Norberto Verea
Especial para La Caldera del Diablo

Agradecemos la colaboración de Natalia Aiello

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