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Hay una inquietante costumbre en el fútbol argentino: criticar al técnico de Independiente, cuyo único pecado parece ser provenir de otro deporte.



Al parecer, y a juzgar por la virulencia de las redes sociales, la liviandad de ciertos programas y hasta la supuesta picardía de algunos protagonistas, el fútbol argentino acaba de encontrar el culpable de todos sus males. Que no es otro que Ariel Holan, el DT de Independiente.

Parece extraño, pero a Holan se lo tildará de llorón si recurre a las mismas quejas que esgrimen casi todos sus colegas. Se lo considerará un ignorante si no sostiene como titular a Gigliotti, aun cuando el fútbol está lleno de entrenadores que privilegian sus criterios -equivocados o no- por sobre los que se supone deberían tener. Y si comete el sacrilegio de decir que disfruta de su equipo -sin nombrar a ningún otro- como para sentarse con un whisky y un habano, allí estará el mundo del fútbol, mordaz y pícaro, para aguardar un tropiezo y caerle.

Y si su equipo queda eliminado en el Monumental después de que no le dieran un penal que vieron todos menos el árbitro y el VAR, lo estarán esperando para destrozarlo en cuanto se queje. ¿No se quejó y felicitó a River? Pues entonces debe ser porque anda con ganas de ser DT en Núñez y quiere entreabrir una puerta.

Es, sin duda, un hombre de perfil peculiar. Que acierta y yerra, como casi todos los otros. De lágrima fácil, de discurso seductor, de ideas claras. Contradictorio. Que no encana a nadie si las cosas -como en Tucumán- no salen. Pero que no proviene del fútbol sino del hockey. Literalmente de otro palo, lo que lo condena.

Algo dice del fútbol argentino ese prejuicio. Exhibe un celo que no aparece, por ejemplo, cuando un DT insulta a sus jugadores ante las cámaras por dejar escapar un partido ganado. O cuando dos técnicos arman un enroque escandaloso y siguen trabajando como si no hubiera un empresario de por medio. O cuando otros dos muestran su histeria con un clásico aún caliente.

Todo resultará folclórico y simpático. Mientras no aparezca Holan...

Sergio Danishewsky
Diario Clarín, 30 de octubre de 2018

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Oktobrian dijo... 31 de octubre de 2018, 9:07 a.m.
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